El equívoco título de este post no hace referencia al resultado electoral de IU. Ya se han encargado muchos de explicar lo evidente: Entre la radicalización izquierdista del rojo orgulloso Zapatero y el seguidismo lametraserillos del ínclito Gaspi, lo único sorprendente es que IU haya cosechado más de 100 ó 200 votos.
En realidad, queremos hablar de una frase de Llamazares entresacada de unas declaraciones previas a las elecciones que me llamó la atención por lo acertado de la misma. El equívoco del título se refiere pues a que una aseveración acertada en boca de este personaje, ha de deberse al error o la casualidad.
La frase en cuestión hacía referencia a las subidas de precios de tantos y tantos productos en los últimos meses proponiendo la creación de una Secretaría de Estado de control de precios y garantía de la competencia, "con una inspección que, como la laboral o la de Hacienda, vigile y castigue a aquellos que llevan a cabo subidas de precios mediante acuerdos".
Lo primero a reseñar (y agradecer a Llamazares, coñas aparte), es el acierto en no quedarse en la simplonería progre habitual que ante las subidas de precios propondría una "fijación de precios máximos" o alguna ocurrencia similar. Por ejemplo, el amigo Chávez ha conseguido desabastecer las tiendas venezolanas de diversos productos básicos. Productos para los cuales había fijado por decreto tales precios máximos.
Es un error habitual, esgrimido por la progresía pero a la vez asumido a veces de forma tácita por muchos liberales aquello de identificar el liberalismo con la frasecita "cuanto menos Estado mejor", sin matices. Oiga, vale, cuanto menos mejor, pero siempre que el Estado cumpla unas determinadas (pocas) funciones básicas. Tan malo como pasarse, puede ser quedarse corto.
Ya señalamos hace tiempo que la función principal del Estado para que el mercado funcione y se produzca crecimiento económico es garantizar la seguridad (entendida ésta en sentido amplio).
Bien, pues otra de las (pocas, insistimos) tareas que debe garantizar el Estado si queremos que el mercado funcione es la Defensa de la Competencia. Sin competencia no hay libre mercado y sin libre mercado no hay crecimiento económico. Tan estúpido es fijar precios por decreto-ley como permitir que los fijen una banda de mafiosos (y puedo aseguraros que tales lobbies que fijan precios mínimos de venta existen, y si algún competidor quiere ofrecer mejores precios, se apresuran a boicotearlo por medio por ejemplo de coacciones a los proveedores).
En fin, que sin competencia, sin libre mercado, y con precios fijos, se crea poca riqueza y además se reparte mal. Independientemente de que quien fije esos precios sea el Estado protector o el monopolista mafioso.
Por supuesto, la manera de llevar a la práctica esta idea no es sencilla y se puede discutir si la mejor forma es la creación de una Secretaría de Estado, pero es muy positivo transmitir la idea de que de la defensa de la competencia depende tanto la creación de riqueza como el reparto de ésta.
¿Reparto? En efecto. La defensa de la competencia y el libre mercado son infinitamente más eficaces (y justos) en la noble tarea de repartir la riqueza que los impuestos confiscatorios y las subvenciones pesebreras (léase PER). Pero ésa es otra historia.
En fin, que en este erial bipartidista de socialdemócratas y democristianos que nos sangran a impuestos sea para bienalimentar a los intelectuales orgánicos o para sufragar onerosos traslados municipales, manda huevos que sea Gaspi el que traiga al debate político ideas liberales.
Aunque haya sido sin duda por error.
12 comentarios:
Y muchas veces no es ni el Estado en sí, directamente, ni los monopolistas u oligopolistas concertados en un mercado libre,sino monopolistas/oligopolistas beneficiados por una legislación reguladora de su sector. y estas regulaciones son, a su vez, motivadas por las características peculiares del bien o servicio. Pensemos por ejemplo en lo antieconómico de tener más de una red nacional de ferrocarriles o telefonía (seguro que a ti se te ocurren ejemplos para aburrir con el tema de la generación y distribución de energía).
Los trucos y tretas que se emplean para sacar tajada personal a costa de esa abstracción impersonal e indiferente del consumidor son innumerables, y suelen lograrse con reuniones secretas entre empresarios y entre estos y cargos públicos y articularse con transparencia en leyes o sin ella en cárteles. Y detrás de ello, en persecución de ello, quizás debería haber una policía específica que parase los pies a los abusos. El peligro que yo veo es que en nombre de la defensa de la competencia se cometieran otra clase de abusos o atropellos al estilo Rumasa....debiera haber una policía completamente independiente del Estado. Pero ya se sabe como somos aquí con las independencias (ejemplo la judicial).
Es un difícil equilibrio entre poderes, pero el Estado tiene siempre las de ganar, con su monopolio de la coacción.
Gaspi no puede tener razón. Esa propuesta en su boca sólo puede significar funcionarios tocando las pelotas a las empresas y destruyendo riqueza.
Para m� ha sido uno de los personajes m�s lamentables desde la instauraci�n de la democracia en nuestro pa�s. Hered� lo peor de los comunistas, recre�ndose en el antisemitismo, empatizando con dictadores y terroristas, mendigando d�divas del PSOE y descolg�ndose con propuestas folcl�ricas. En fin, ojal� no volvamos a verlo pero, me temo, no tendremos tanta suerte.
Germánico, está claro que es muy difícil definir la mejor manera de asegurar la libertad de mercado defendiendo la libre competencia.
Pero ya me resultaría tremendamente positivo que el ciudadano medio tuviera claro que cuanta más competencia y menos fijación de precios, mejor para su bolsillo.
¿No crees que si preguntaras al votante medio de IU, del PSOE (o incluso del PP) sobre la mejor manera de evitar subidas abusivas de precios te contestarían que "fijando por ley los precios de los artículos de primera necesidad" y cosas así?
(Y, claro, a saber lo que es para cual la "primera necesidad")
Yo creo Carlos que a lo mejor volvemos a verle... con otra chaqueta.
A ese respecto es interesante conocer por ejemplo la opinión de un tipo honrado (aunque a veces errado) como Julio Anguita sobre la labor de zapa de López Garrido en IU antes de pasarse al PSOE y engancharse a la teta del dinero público.
Sí, Ijon, desde luego mejor informar, y de paso formar, que esas campañas que periódicamente hacen los informativos de RTVE o Telecirco para denunciar los abusos en los precios de las frutas y hortalizas por parte de inescrupulosos intermediarios, diciendo que el tomate en el huerto cuesta dos reales.
¡Exacto!
Esas campañas lo que pretenden es mostrar la maldad intrínseca del empresario (ya sabemos, el del dibujito típico de chiste de El País, gordo, con chistera y puro, y del PP, claro) sin ir al fondo del asunto.
¿Por qué, si los beneficios del intermediario son escandalosos no surgen cadenas de distribución que se conformen con menos beneficio y vendan más barato según dicta no ya Adam Smith sino el sentido común?
Pues:
a) Porque tal diferencia de precios está justificada (pudiera ser).
b) Por acciones de lobby con la connivencia de los poderes públicos que impiden la entrada de nuevos competidores.
Lo que hay que pedir es abundancia de alternativas para elegir. Allí donde las hay, los precios bajan solos.
Yo creo que antes de crear nuevos organos administrativos, policias, o inspecciones, y mucho menos reglamentaciones sobre precios, lo que habría que buscar es la liberalización de esos mercados monopolísticos.
Lo anterior es de perogrullo, pero debe ser la idea fuerza. Descendiendo a la realidad, en la práctica para acabar con los lobbys mafiosos desconozco como está ahora mismo la legislación y la practica de los tribunales, pero toda medida encaminada a ello debe ser bien recibida.
Creo que no he dicho nada. Buff, he oído demasiado a ZP, y se me está pegando.
(¿policia independiente del Estado?No lo entiendo)
Si, bueno, labor de investigación, supervisión y control de competencia, que tiene algo de policial. No me refiero al brazo armado de la ley, y menos aún al brazo tonto.
Veamos un caso práctico:
Imaginemos un producto indistinguible, es decir que no pueda sufrir variaciones de precio por asuntos de marcas comerciales, por ejemplo tornillos.
Un tornillo fabricado con unas dimensiones y tolerancias X, según la correspondiente norma DIN XXXX a partir de un material Y según norma DIN YYYY, es idéntico lo venda quien lo venda. En estos casos los fabricantes suelen llegar a acuerdos de precios mínimos de venta, todo lo más a unas líneas de descuento comunes según el volumen de compra de cada cliente. Esto ya es grave (y no es legal) pero además si tú abres un pequeño taller para fabricar esos tornillos porque has calculado que puedes ganar un dinero que te compensa la inversión y los puedes vender más barato, intentarán echarte del mercado, bien:
a) Comprándote el negocio.
b) Presionando al que te vende el metal para fabricar los tornillos (amenazando con dejar de comprarle) si no para de suministrarte material.
c) Mandando a un sicario que te parta las piernas.
Probablemente, si el asunto no es muy gordo y llamativo (Microsoft, líneas aéreas, etc.) solo intervendrán los poderes públicos si se aplica la opción c), y tampoco se puede estar muy seguro de ello.
Pero hay algo más. Salvo también en el caso de la opción c), la percepción ética para muchos (incluso consumidores finales) puede que no sea muy favorable para el insolidario fabricante de tornillos baratos (pues pone en peligro los puestos de trabajo de las grandes factorías tornilleras).
Y si el de los tornillos es chino (huy, a que terreno tan peligroso estamos llegando), pues toca reclamar a las autoridades que pongan barreras.
Lo que sea, con tal de que el consumidor no pueda comprar tornillos más baratos.
O sea, a lo mejor no se trata ya de defender la competencia, sino de no putearla tanto.
En menudo jardín nos hemos metido, jejeje.
Joer con los tornillos. Creo que ha sido un ejemplo muy ilustrativo, Ijon.
Pero debo añadir que la opción "C" implica que cuando el traumatólogo tenga que reconstruir las piernas destrozadas, en su labor de carpintería (pues eso es muchas veces lo que hace un traumatólogo), tendrá que poner tornillos. Y ....¿a quién se los comprará?. Pues eso: a los mismos que mandaron los sicarios para proporcionarle un paciente. Todos ganan menos el de los tornillos baratos.
¡¡Pero a quién se le ocurre meterse en esos líos!!!....¿es que -le falta un tornillo???.
Un apunte más. Ayer leía un libro de un tal Eduardo Cuenca sobre la economía de la UE. Estaba en la parte de los Tratados y me llamó la atención uno de los puntos del de Maastricht. Desde ese Tratado supuestamente la política de competencia corre a cargo de la UE en la eurozona. ¿Estarán haciendo bien su trabajo los burócratas de Bruselas?....ejem.
Ijon:
Magistral lo suyo ��
Y encima le harán pagar los tornillos a precio superior al que él cobraba...
De vez en cuando salen noticias en efecto sobre multas multimillonarias de la UE a grandes empresas (muuuuuy grandes empresas) por asuntos de fijación de precios. Y no pasa nada, ni hay quiebras.
Probablemente por cada multa, habrá docenas de casos de sectores en los que unos cuantos se forran a costa de la falta de competencia.
No tengo ni idea de como se podría afrontar mejor la Defensa de la Competencia, pero ya sería mucho que la gente se mentalizara de que es algo imprescindible para una mejor creación (y reparto) de riqueza.
Muchas gracias Carlos. Me alegro de que te haya gustado.
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