domingo, diciembre 24, 2006

¡Feliz Navidad!

He estado "de baja" por causas de fuerza mayor. Así continuaré hasta el año que viene. Así que aprovecho para desear a todo aquel que por aquí pase una agradable festividad....si es que tiene algo que celebrar.

jueves, diciembre 14, 2006

Voces

Las primeras voces que sonaron en nuestra mente debieron provocarnos una gran conmoción. O así lo sugirió Julian Jaynes en su estudio sobre los orígenes de la consciencia. La autoconciencia, según este autor, surgió muy avanzada la evolución cultural humana, en torno al segundo milenio antes de Cristo. Una panda de esquizofrénicos que oían voces fueros los proto-yoes. Y la religión surgió con ellos con la mayor naturalidad, puesto que no diferenciaban bien aún entre las imágenes mentales y las realidades exteriores, como apunta Elkhonon Goldberg en “El cerebro ejecutivo”.

La lectura y la escritura, sobre las que se asienta nuestra moderna civilización, surgieron por evolución cultural hace aproximadamente 7000 años. Y se cree que el primer ser humano en leer en silencio fue San Ambrosio, tan tarde como el siglo IV de nuestra era.

La esquizofrenia no fue siempre una enfermedad. Quizá se trate solamente de un estadio evolutivo del que quedan rastros en la humanidad de nuestros días. En un remoto -o quizá no tan remoto- pasado algún que otro esquizofrénico ejerció el liderazgo, militar o espiritual.

Loyola de Palacio



No era de cuota porque lo valía.

miércoles, diciembre 13, 2006

Hombrecillos vanidosos

Tendemos a creer que sabemos más. Nuestro conocimiento nos parece muy cierto, quizá porque es difícil contrastarlo con el de los demás. Las vías de comunicación son imperfectas. Podríamos culpar al lenguaje de los malentendidos recurrentes, pero eso no nos salvaría de nuestra ignorancia deliberada.

Cuanto más aislados estamos más prejuicios tenemos. El mejor modo de no enterarse de nada es encerrarse en una torre de marfil. Particularmente nefastos son los prejuicios sobre cuestiones prácticas. Quien no hace no sabe que es el hacer. Casi todas las cosas se aprenden haciendo, incluso las intelectuales puras. Quien ha hecho algo, un poco, suele creer que ha llegado a una cima. De hecho es cierto que lo ha hecho: ha alcanzado su cima, en la que los horizontes dependen de la altura. Allí se tiene una perspectiva del mundo, y esa perspectiva del mundo es el YO que mira y juzga.

¡Que grande soy!, se jacta uno mientras ve a unos hombrecillos abajo, en repechos sin apenas relieve. Cuando mira hacia arriba ve nubes. “¿Qué habrá más allá?” –se pregunta, no sin cierta inquietud, antes de volver a bajar la cabeza para contemplar las profundidades, mientras alguna divinidad le observa divertida.
A veces miramos a nuestro pasado y lo vemos en el fondo del abismo.
¿Ese era YO?.....¡Venga ya!.

martes, diciembre 12, 2006

Les Luthiers

Lazy Daisy por Les Luthiers



Por fin a Daniel le dejan presentar un número.

Un poco dce humor del bueno.

lunes, diciembre 11, 2006

Poder hipnótico

El otro día puse la chimenea. Es algo que no suelo hacer, pues con el termostato puesto tan cerca de ella al final solo se me calienta el salón.

Me quedé frente al fuego, sintiendo el calor, observando la llama, relajado, hipnotizado.

Durante miles de años los seres humanos nos hemos agrupado en torno al fuego, y hemos encontrado en él calor, seguridad, y lugar de reunión, de conversación, de transmisión oral de mitos e historias y de comunión musical y alimentaria.

La asamblea ancestral tenía por centro el fuego.

El fuego controlado, el fuego como poder confinado en torno al cual se vive, aún nos tranquiliza, todavía nos hipnotiza. ¿Nos hará segregar endorfinas?.

Ahora el fuego ha sido sustituido por el televisor. También a través de él recibimos cultura oral, también muchos mitos, y música, también en torno a él comemos y charlamos. Algunos lo necesitan de ruido e imagen de fondo permanente.

Es un centro en torno al cual se reúnen muchas familias. Y tiene también un misterioso poder hipnótico. Solo que no llevamos con él miles de años, apenas unas decenas.

¿Qué es lo que tienen en común el fuego y la tele?. Me lo pregunto mientras veo la danza irregular y maravillosa de las llamas que consumen los troncos, y huelo con auténtico placer los efluvios provenientes de la madera quemada.

Muerte de un ex-dictador

Hoy un compañero de trabajo “de izquierdas” me da, con ironía, el pésame por la muerte de Pinochet. Le he dicho con pareja ironía que moría un gran defensor de los derechos humanos y que cuando muriese “el otro” le devolvería el pésame. Pero el otro ni ha muerto como ser humano ni ha muerto como poder. Su alargada sombra se proyecta sobre el pueblo cubano y le priva de la luz del día. Aunque eso parece no importar si el atropello se realiza en nombre del propio pueblo atropellado. Debo decir que mi compañero es un tipo estupendo, y que nos divertimos mucho “ambos dos” comentando la actualidad política entre pullas de buen rollo. Supongo que nos lo podemos permitir porque mi forma de ver las cosas está más extendida que la suya entre quienes conviene que lo esté.

Ayer Jesús Vázquez, presentador de OT, se felicitaba en este programa porque en el mundo había un dictador menos. Lo cierto es que, para ser exactos, lo que hay es un exdictador menos, que fue además uno de esos extraños tipos, cuyo modelo medio mítico es Sila, que abandonan el poder voluntariamente, cosa que no ha hecho ni hará nunca “el otro”, ni aunque recorra las edades de Matusalén y Cuba sea cada vez más pobre.

Quiero que Castro se muera para la próxima Gala de OT. Así tendremos la oportunidad de apreciar cómo Jesús calla. Todo queda en esa frivolidad, a ritmo de pop de corte y confección.

Comprendo cuando alguien de izquierdas se molesta con quienes, como yo, incidimos tanto en que se ponga en la misma balanza a los asesinos y dictadores de todos los colores, partidos y signos, insistimos en que se iguale a quienes quieren la igualdad (o dicen quererla) con quienes no la quieren (o no saben decir que la quieren) y se atienda más a los resultados reales de las políticas que a las intenciones, sean estas auténticas, figuradas o burda o hábilmente representadas.

Esta “obsesión consciente” por igualar nada tiene que ver con esas otras “obsesiones inconscientes”, que toman forma en imperdonables olvidos o persistentes recuerdos según sea el color ideológico del criminal.

Yo he conocido a algunos que, a la hora de declarar sus principios, proclaman rimbombantemente que abominan de todo dictador, sea del signo que sea. Luego se ponen a criticar agria e implacablemente a EEUU e Israel (democracias, me temo), a decir que la guerra civil fue un levantamiento absolutamente desproporcionado por causas espurias, y a recordar a Hitler y a Pinochet, llorando a sus víctimas, olvidando la intolerancia de los musulmanes, el caos violentísimo de la República, los genocidios y gulags del comunismo y la dictadura de Cuba.

martes, diciembre 05, 2006

Muertes paralelas

Para quien tenga la ingenua idea de que Milton Friedman era partidario de las dictaduras por eso de que la Escuela de Chicago asesoró al gobierno de Pinochet, la muerte de ambos ya ancianos en tan corto lapso de tiempo podría parecer algo significativo.

Pero no habrá habido jamás muertes coincidentes con vidas menos paralelas.

Recordemos de dónde viene la expresión “Vidas Paralelas”. Es el título global que dio Plutarco, un griego romanizado, a su colección de biografías paralelas de personajes relevantes de Grecia y Roma: frente a la historia de un personaje griego que destacase por alguna virtud o algún defecto cívicos se ponía la de un romano con parejas cualidades.

Un defensor de la libertad y un dictador implacable pueden coincidir en un punto, en un momento, pero se cruzan y cada uno sigue su curso, perpendiculares.

La idea de que la libertad económica precede a la política, que Friedman defendía, pudo constatarse en el Chile de Pinochet. Un liberticida, un tirano, un monstruo producto de la guerra fría y las maquinaciones de maquiavelismo-pragmatismo internacional de Kissinger, tuvo al menos una buena idea, que le llevó a una buena acción: dejó los asuntos económicos en manos de liberales. Y ahora Chile es una democracia con los socialistas de nuevo gobernando, aunque en este caso sean socialdemócratas (matiz importante).

Ahora a poner en marcha la cuenta atrás para la muerte del dictador: 10, 9, 8, 7........a ver si va a pasar como con Castro, cuya muerte inminente no termina de suceder.

lunes, diciembre 04, 2006

Tan "simple" como la inteligencia

Cuanta más destreza tenemos en una tarea, cuanto más rápido resolvemos un problema, menos se activan las zonas del cerebro implicadas en la acción (entiéndase acción en un sentido amplio que abarca todo movimiento que parte del sujeto, incluido el primario o neuronal). Los esforzados que se estrujan las meninges puede que estén aprendiendo, o pensando con gran intensidad, pero no están captando la solución.

Quizá esto se deba a que les falta percepción intuitiva, abordar el objeto de su reflexión, casi obsesión, de forma creativa, aunque parezca disparatada. Recurren al lento, penoso e inhábil método del raciocinio puro, a partir de esquemas preestablecidos que se revelan inadecuados para la circunstancia específica en la que está inmerso el pensador-actor.

La inteligencia es economía cerebral, es lograr más con menos, es, en cierto sentido, pensar menos, ser más simple, o al menos serlo en el momento crítico de la decisión, en el “ahora” de dar el paso definitivo sobre la cuerda tendida en el abismo de lo irremediable. El inconsciente de la persona inteligente, o así llamada, es el principal operador en todos sus logros mentales. También la persona inteligente recurre a esquemas mentales, si bien los suyos son de carácter más general y por tanto más flexibles. Tienen llaves mágicas que abren más puertas.

Podría pensarse en que al final la cosa se debe a que el inteligente acumuló más patrones mentales, y de mejor tipo, para resolver las cosas. Todo sería explicable en términos de “difícil facilidad”, de algo aparentemente sencillo cuya trabajosa y voluntariosa elaboración permanece oculta a los ojos del espectador que juzga el comportamiento, o acaso de buena fortuna, por eso de que el capacitado hubiera obtenido su capacidad del ambiente por puro azar, al obtener sin mérito alguno por su parte patrones mejores. Pero estas explicaciones no son satisfactorias porque quien está mejor dotado intelectualmente llega a esa economía mental, a esa minimización de recursos cerebral, antes de tener muchos patrones acumulados. La inteligencia suele revelarse pronto, y está correlacionada con la inquietud “centrada” que mueve, que lleva, que impele a adquirir cultura, a devorar patrones.

Generalmente el maestro del que más se aprende es aquel que con más sencillez expone la materia. La información irrelevante o de menor importancia es mucha, casi infinita, mientras que la pertinente es tan escasa como aquellos que son capaces de distinguirla. La mayoría se pierde por las ramas (o por los axones), el hombre inteligente aplica un sistemático e impenitente desbrozado, creando un conjunto de marcos conceptuales flexibles que le permiten interpretar las cambiantes y variables circunstancias.

Y al llegar el momento preciso su cerebro apenas se activa. Cualquiera que lo viera pensaría que no estaba pensando. Pero pensaría mal.