jueves, junio 28, 2007

Tres


El primer y el segundo triunviratos del fin de la República Romana, el trío de las Azores, la Santísima Trinidad, los tres mosqueteros, menage à trois, tres tristes tigres tomando trigo en un trigal, los tres tenores,....y tres perfectos gilipollas metiéndole un gol en propia puerta a Sudamérica.

martes, junio 26, 2007

Un idiota


Joaquín nunca había tenido mucho poder. Disfrutaba, eso sí, ejerciéndolo, en las raras ocasiones en que le era posible, generalmente con familiares y amigos, generalmente en juegos. Era su oportunidad para expresar su valía a través de la benevolencia en el trato para con el subordinado que le hubiera tocado en suerte. Pretendía mostrar con ello un magnánimo distanciamiento de la pueril ambición, esa que abrasaba a otros por dentro y una salomónica sapiencia ante las complejidades de la vida.

En su humilde puesto de teleoperador bancario tenía todos los días la oportunidad de mostrar eficiencia, seriedad, educación, serenidad, aplomo, inteligencia, a través de su voz grave y pausada, y su dicción armoniosa y correcta. Cuando le llevaron a Fátima para que la enseñase cómo trabajaba sintió una gran satisfacción interior. Era esta su oportunidad, en el mundo laboral, en el terreno de poder real, de exhibir lo mejor de sí a un espectador atento, ávido de aprender. La chica resultaba ser además guapa, con lo que Joaquín sentía una especial alegría de poder lucirse, ante la oportunidad de tener un trato íntimo –aunque fuera dentro del ámbito estrictamente profesional no dejaba de ser una ocasión inmejorable para dejar ver cualidades personales- con una mujer hermosa. Tenía dos cometidos: atender con soltura y elegancia las llamadas entrantes, por un lado, y comentar la jugada a su nueva compañera con la sutilidad del experto y la indiferencia del que está por encima de su situación, por otro.

Así que comenzó, tras una serie de ceremoniales saludos, a trabajar ante la chica, atendiendo a un cliente que llamaba.

-“Señor López, no se preocupe. Reinicie su equipo. Si le va lento el software será probablemente por algún fallo en la conexión”.

Pulsó el botón de mute y se dirigió a Fátima:

-“Este Señor está muy perdido. Si fuera un poco más avispado quizá podría resolverlo sólo pero...”.

-“Oye, Joaquín”- le dijo la chica- “¿Seguro que no te oye?”.

-“Si, tranquila, he dado al mute”.

Pulsó de nuevo el botón.

-“¿Ya ha reiniciado Señor López?. Bien, ahora entre en nuestra web y vaya al icono de herramientas”.

Joaquín seguía dando explicaciones al cliente y a Fátima, alternando a uno y a otra con pulsados de mute interpuestos. Según avanzaba la conversación con el cliente Joaquín se sentía más dueño de la situación. Aquel tipo era realmente torpe. Así se lo hizo saber a su pupila:

-“Este tío no tiene ni idea. Está más perdido que Cuba. Es que cada día los ponen más bobos en esos puestos”.

Después de un rato el cliente logró entrar, pero el sistema le iba muy lento.

-“Creo que tendré que hablar con mi informático”- le dijo a Joaquín- “temo que pueda deberse a un problema en mi ordenador”.

-“Como quiera.....o si quiere seguimos” replicó Joaquín, puso el mute y, tras soltar una incontenible carcajada, se dirigió a Fátima: “joder, que tío más idiota. No se entera ni del nodo. Si es que de donde no hay no se puede sacar”....

Oyó entonces la respuesta de su interlocutor telefónico:

-“No, mejor déjelo, ya hablaré con mi informático”.

Joaquín estaba pletórico, estaba luciéndose como un magnífico gestor ante Fátima, y encima lo hacía dirigiendo a un burro que le permitía bromear divertidamente.

-“Por cierto”- sonó la voz en el auricular- “la próxima llamada tenga cuidado, porque su botón de mute no funciona”.

Joaquín sintió un escalofrío que le recorría todo el cuerpo. Tras él un sopor le lleno de rubor el rostro y comenzó a caer sudor por su frente.

-“Perdón, ....perdone....¿me ha oído?”.

-“Si, le he oído”-dijo sentenciosamente el señor López- “Que tenga un buen día”.

lunes, junio 25, 2007

Combustibles y residuos nucleares

Un tema recurrente cuando se debate sobre centrales nucleares es el problema de los residuos de la fisión.
Éste es en efecto un problema real, sería absurdo ignorarlo, pero a menudo se habla con desconocimiento del mismo. Se confunden los almacenamientos temporales de residuos de alta actividad (generados en las centrales) con los almacenamientos definitivos (en España, el Cabril en Córdoba) de residuos de media y baja procedentes de otras actividades (principalmente hospitales).
Intentaremos aclarar alguna cuestión.
La respuesta al manido "¿que hacer con los residuos?" (de las centrales, se entiende) es simple: Guardarlos de forma segura hasta que llegue el momento de su reprocesamiento.
Para ello se está buscando un emplazamiento (llevamos años con ello mientras que en otros países es un tema solucionado) pero como hemos visto recientemente, si a un alcalde se le ocurre preguntar, los radicales rápidamente le dan de hostias.
En Holanda acaban de inaugurar su ATC (Almacen Temporal Centralizado), en medio de una zona industrial con mínimas protestas.
Aquí, los emplazamientos que se barajan, están lejos de zonas pobladas, pero ya veremos en que queda la cosa. De momento los almacenes temporales en las centrales se agrandan más y más y van a comenzar a regresar los residuos enviados a Francia para su reprocesamiento.
Hemos dicho "reprocesar", y en efecto, ésa es una de las claves normalmente desconocidas. Veamos globalmente el ciclo del combustible para entenderlo:
Lo primero que debemos saber es que el combustible (Uranio) que se introduce en el reactor es casi en un 97% U238, un isótopo estable del Uranio, y algo más del 3%, U235. Solo este último está implicado en la reacción de fisión nuclear. Cuando el U235 capta un neutrón, se vuelve inestable y tiende a "partirse" (fisión) en dos. Además, como consecuencia de la fisión se liberan 2 ó 3 neutrones. Uno de estos neutrones se capta por otro átomo de U235, continuando la reacción en cadena y el resto son absorbidos por los elementos de control presentes también en el reactor como barras de control o disueltos en el agua refrigerante (los elementos utilizados para este cometido, como el Boro, tienen la particularidad de ser estables en su isótopo normal y también una vez absorbido el neutrón).
Por su parte, los dos átomos procedentes de la fisión del U235 son inestables y tienden a sufrir desintegraciones radiactivas hasta convertirse en isótopos estables. Estos átomos, de muy variados elementos, son los verdaderos residuos nucleares y con ellos no se puede hacer prácticamente nada (quizá en el futuro sí, pero eso es otra historia).
Ahora bien, ¿que ocurre con todo el U238, que al fin y al cabo es la mayor parte del combustible? Pues resulta que el U238 no sufre fisión (no se parte en dos) al absorber un neutrón sino que se convierte en U239, pero el U239 es inestable y tiende a convertirse en Pu239 al transformarse un neutrón en un protón. Según indicamos cuando hablamos de bombas atómicas, el Pu239 es fisionable, igual que el U235. Por ello, al U238 se le llama "fértil", no es fisionable, pero sirve para fabricar combustible nuclear.
¿Que tenemos pues en las barras de combustible de un reactor al cabo de un tiempo de "quemarse"? Pues U238 estable (que no haya capatado neutrones), Plutonio 239 y una proporción pequeña, pero muy variada, de residuos radiactivos. El Pu239, según vimos, es el componente básico de la mayoría de bombas nucleares, pero también (al ser "fisionable") puede usarse como nuevo combustible para otro reactor nuclear. El U238, a su vez, puede utilizarse para producir Pu239.
Es decir, resulta que de lo que consideramos un residuo (el combustible "quemado"), la mayor parte es reutilizable. Solo los productos de la fisión son verdaderos residuos. El "reprocesamiento" del que hablábamos consiste en separar el grano de la paja, con la particularidad de que hay más grano que paja .
Hagamos un inciso para aclarar que si bien tanto el Pu239 como el U235 son fisionables y por tanto utilizables como combustible nuclear, las condiciones en que ambos fisionan son diferentes. El U235 capta bien los neutrones "lentos" (de baja energía) y el Pu239 los neutrones "rápidos".
Por ello, el Pu239 no se puede usar como combustible "tal cual" en reactores convencionales, pero hay diseños especiales de reactor (reactores rápidos, como los franceses fénix y superfénix) que han funcionado comercialmente con ese combustible. También se ha probado a usar una mezcla (llamada MOX) de Uranio y Plutonio en reactores lentos, pero con resultados no muy buenos.
Esto era para señalar, que el Pu239, es potencialmente útil (y el U238), pero tiene mala "salida comercial" en la actualidad. Como el proceso de reprocesamiento es complejo y caro, la opción es almacenar el combustible gastado para reprocesarlo cuando haga falta.
A los ATC van pues, tanto los elementos de combustible quemados sin reprocesar como los residuos "verdaderos" (productos de la fisión) separados del U238 y el Pu239 en instalaciones de reprocesamiento. Conviene almacenar estos residuos verdaderos también de forma temporal, pues que no se sepan "inertizar" ahora no quiere decir que no se pueda hacer. Hay investigaciones en curso (pocas) para transformar los residuos de la fisión en elementos estables de forma acelerada mediante bombardeos neutrónicos y gracietas por el estilo. En España se proyectó hace años un centro de investigación (en concreto en Zaragoza) con este fin pero se quedó en eso, en proyecto.
Actualmente en la India hay un ambicioso programa nuclear que de forma inteligente comprende el ciclo completo: Reactores lentos (quemando U235), reactores "reproductores" (diseñados para favorecer la transformación de U238 en Pu239) y reactores rápidos (quemando Pu239). Además lógicamente de instalaciones de almacenamiento, reprocesamiento e investigación.
El programa nuclear hindú, globalmente concebido tiene otra particularidad: Se está multiplicando casi por 30 la disponibilidad de combustible. Si únicamente se utilizan reactores lentos, el combustible aprovechado es tan solo el U235, que como se ha dicho, es un isótopo escaso. De ahí que a menudo se hable de las escasas reservas de combustible. Si el U238 se transforma también en combustible, según lo arriba expuesto, las reservas se multiplican.
Con el ciclo así concebido, esas reservas de Uranio que, según estimaciones, no llegarían a los 100 años, se convierten en 3.000.
Es de esperar que mientras tanto, se consiga explotar comercialmente la energía de fusión.
Creo conveniente aclarar que todo esto no indica que crea que la nuclear es la panacea, ni mucho menos. Pero me parece irresponsable e irreal renunciar a su uso como parte del mix de generación sin considerar el asunto con un mínimo de rigor.
Por cierto, os comentaré un dato. El coste de producción de un kWh en una nuclear, incluyendo todos los conceptos salvo la amortización de la inversión (coste de combustible, reprocesamiento y almacenamiento de éste, personal, consumibles, etc.), está entre 1,5 y 1,9 centimos de euro. Para los costes de producción de las renovables, podéis haceros una idea a partir de las primas en el nuevo Real Decreto que las regula (páginas 14 a 18).
Para elegir convenientemente, es bueno conocer datos.

miércoles, junio 20, 2007

El negocio de la Energía. Un caso particular.

El pasado 25 de mayo el consejo de ministros aprobó el esperadísimo Real Decreto por el que se regula la producción de electricidad en régimen especial (esto es, cogeneración y renovables).

¿Por qué esperadísimo? Os cuento. La regulación anterior se aprobó el 12 de marzo de 2.004 (¿os suena la fecha?) y ya en un mes, la nueva ministra de Medio Ambiente anunciaba que lo iban a cambiar pues no les gustaban algunas cosas. En verano del 2.005, el Instituto para la Diversificación y Ahorro Energético (IDAE, dependiente del Ministerio de Industria) elabora un libro blanco analizando objetivos y proponiendo actuaciones (vamos, subir primas a unas energías y bajar a otras). El gobierno aprueba dicho libro blanco en septiembre. Ahora bien, eso no significa que las primas se modifiquen. ¿Que significa? Que se está introduciendo incertidumbre en el sector. Como cualquiera no ya con conocimientos sino con meras intuiciones de economía puede deducir, tales incertidumbres son lo mejor para conseguir la paralización de inversiones en un sector.

Pero sigamos con nuestra historia: durante el 2.006 circulan borradores con la previsible nueva redacción del decreto regulador. Llegados al 2.007, algunos (caso insólito) incluso aparecen en los medios. Finalmente, como decíamos, el esperado Real Decreto se publica el pasado 25 de mayo.

Dejando a un lado un análisis detallado del mismo, que sería largo, prolijo y apropiado para otros foros de discusión, quiero llamaros la atención sobre un asunto concreto, una minucia, tan solo para ilustrar como funcionan las cosas en estos asuntos, vamos, exactamente de la misma forma que en todos los demás donde mete la mano el poder político.

No importa el CO2, ni el ecologismo, ni nada, salvo el negocio de unos pocos.

Vayamos al asunto concreto que quería contaros, para el que tenga paciencia y ganas.

En numerosas industrias hay un problema de difícil solución como es la generación de grandes cantidades de lodos, residuos fluidos con un contenido en agua que puede llegar al 99% y con los que no se sabe que hacer.

Un caso conocido aunque no el único es el de los purines de cerdo, mezcla de excrementos animales, orines y aguas de lavado, pesadilla de las industrias ganaderas. Si se tiran al campo (lo que se hacía en el pasado a menudo) son un buen abono, pero se corre el riesgo como en más de un lugar ha ocurrido de contaminar los acuiferos.

Una solución para el secado de lodos (habrá quien la considere aberrante y no lo discutiré, pero ése no es el asunto a tratar) es la instalación de plantas de cogeneración en las que se produce electricidad y se aprovecha el calor residual para el secado de los lodos. La electricidad así generada tiene su remuneración regulada por el decreto antes citado. Hasta ahora, para el secado de lodos existía un grupo específico, el d.2 con unas características propias respecto a otras cogeneraciones. En el nuevo RD, este grupo desaparece y como es habitual en estos casos, hay una disposición transitoria para dilucidar que pasa con las plantas autorizadas con la legislación anterior que ya estén funcionando o en fase de construcción.

Bien, pues si tenéis paciencia y pincháis en el borrador, buscando la transitoria segunda (página 32) veréis que a las plantas de lodos les iba a corresponder una tarifa de 9,5 centimos de euro por kWh. Los promotores de plantas en funcionamiento o en construcción se las prometían muy felices, pues la rentabilidad les mejoraba bastante respecto a la legislación anterior. Os aseguro que en todos los borradores que circularon, esa cifra era la misma, decimal arriba, decimal abajo.

Bueno, ¿y que salió finalmente? Vayamos al BOE del 26 de mayo (página 24 del pdf) y observemos como al genérico original "Instalaciones de tratamiento y reducción de lodos", alguien le ha añadido la coletilla "....derivados de la producción del aceite de oliva". A los lectores del genial Orwell y en particular de "Rebelión en la Granja" les sonará esa técnica.

Si sois observadores, os habréis dado cuenta de que el 9,50 original se ha quedado en 9,35. Vale, décima y media de rebaja pero ¿Y que pasa con el resto de lodos? Bueno, pues mirad una línea más abajo. Les destinan una tarifa de 5,36. Si tenemos en cuenta que la venta de electricidad supone prácticamente el total de ingresos de la instalación y se ha reducido casi a la mitad, no hace falta un master en Chicago para deducir que el negocio se ha ido al carajo (en palabras de un promotor, literalmente: "quien me mandaría a mí meterme en el rollo éste de la energía en vez de comprar chalés en Murcia y revenderlos a los holandeses como todo el mundo").

Alguien pensará, y pensará bien, que no está mal poner límites a estas primas. Pero ¿por qué solo beneficio para los lodos del aceite de oliva? Bueno, pues en el sector se comentaba hace tiempo que cierta empresa andaba ofreciendo contratos muy ventajosos a las industrias del sector para garantizarse el suministro de tales lodos por largos periodos de años.

Supongo que querréis saber de quien hablamos. El enlace a los artículos del "otro BOE" es de pago, pero en este foro alguien amablemente pegó un artículo que os dará algunas claves.

Sin duda hay que ser muy mal pensado como para suponer que las alteraciones del BOE (el de verdad) estén relacionadas con los artículos del otro BOE y con los intereses de una firma como Sacyr taaaan bien relacionada con la Oficina Económica de Moncloa (recordemos el intento de "asalto" al BBVA). Será una casualidad.

En fin, tan solo se trataba de mostrar un pequeño ejemplo (documentado, eso sí) de como funcionan las cosas en eso tan bonito de las energías renovables, el ahorro energético y tal.

Otro día, si me hago con un dato concreto que me falta, hablamos por ejemplo de la energía solar. Ahí sí que hay primas jugosas.

lunes, junio 18, 2007

Selección sexual

La identidad idealista que estableció Platón entre belleza, verdad y virtud podría tener mucho de correcta desde la perspectiva evolutiva. No es cuestión de extenderse acerca de ello, pero ¿qué nos parece hermoso si no es aquello cuyo valor, en términos de supervivencia, ha demostrado ser verdadero?. Esto puede no resultar obvio si miramos con la miopía del sentir presente y consciente. El árbol no deja ver el bosque, y menos el ecosistema, y aún menos sus cambios a lo largo de eones.

En la selección sexual operan, empero, estas consideraciones, si bien de forma nada considerada (ni respetuosa, ni razonada). La estética se deriva de la necesidad. Y la ciencia está ahora abordando los tabúes de la atracción y del arte.
Centrándonos en la atracción, nos dice Francisco Rubia en su último libro sobre "el sexo del cerebro" que cuando las hembras seleccionan un macho con determinados ornamentos (pensemos en la cola del pavo real) "de un manera un tanto misteriosa conocen la correlación entre estos ornamentos y la salud del macho, y por eso los eligen para procrear crías sanas y libres de parásitos". El hecho de que a Rubia le pareciera misteriosa la manera en que las hembras conocen dicha relación no lo entendí bien hasta el final del libro, donde, hablando de la selección sexual dice: "Siendo el éxito reproductivo un producto a posteriori, ¿cómo pueden los animales anticiparlo?". Pero las hembras desconocen por completo la relación entre ornamentos y salud del macho, y no anticipan nada.


Los seres vivos somos como somos porque nuestros antepasados, siendo así, se convirtieron en antepasados. También nuestras finalidades están incluidas. No es necesario que pensemos en términos de descendencia, más bien actuamos para dejarla, incluso, paradójicamente, cuando deliberadamente no la dejamos. Eso es algo que a mucha gente, sencillamente, les resulta inconcebible, imposible de entender. Pero la naturaleza no está ahí para la que la entendamos. La existencia precede a la esencia.

Este es el eje en torno al cual giran la selección natural y la selección sexual. Hay una línea ininterrumpida de vida desde el primer replicante hasta todos y cada uno de nosotros, una línea que jamás se ha visto cortada. Toda muerte sucedió después, o alrededor. La selección natural y sexual han sido el ambiente ecológico y social que ha esculpido las formas variadas de la diversidad de la vida. Las lascas que caían tras sus golpes de cincel lo hacían para que de la piedra de la materia saliese nuestra forma física y comportamental.

A largo plazo, la polémica entre ambiente y genética se difumina. Esto sucede porque la evolución se debe a la interacción de la replicación (o el replicador) con el ambiente. El ambiente determina las formas de replicación en el tiempo. El primer replicante se ha convertido ahora en Gaia. Dentro de él se producen muertes y nacimientos igual que sucede dentro de cada uno de nuestro cuerpos pluricelulares, y la interacción con el ambiente físico y químico continúa con mayor complejidad y amplitud.

Nuestros antepasados, en línea continua desde hoy hacia atrás en el tiempo, hasta el primer replicante, han sido todos exitosos en términos de supervivencia diferencial (suficiente para dejar descendencia viable). En nosotros quedan las huellas de los mecanismos que desarrollaron para lograr este fin de orden superior, surgido como propiedad emergente de la necesidad replicante. Nosotros somos, pues, como somos, porque nuestros antepasados lograron pasarnos el testigo de la vida con adaptaciones físicas, químicas, biológicas y comportamentales de las que ahora conservamos aquellas que la lotería genética nos ha concedido. En este nuestro ambiente podremos o no (querremos o no, lo cual equivale a un "poder" más amplio) continuar la línea de la vida.

Así pues si las hembras seleccionan a los machos por determinados atributos (o los machos a las hembras, pues para el caso es lo mismo), no se debe a otra cosa, desde su perspectiva vital, que a su gusto por dichos atributos, un gusto cuya razón de ser no tienen porqué conocer. No hay finalidad, ni externa (teleológica) ni interna más allá del puro placer y el puro gusto (estética) asociado a él. No hay nada de misterioso en ello, solo en la medida en que nuestra psique, diseñada por la evolución, no esté preparada para entender la misma evolución y sus "razones", cuya dimensión y profundidad le superan.
Sobre la atracción sexual en nuestra especie, cuya complejidad de comportamiento y cuyo interés nos mueven a su estudio (por razones obvias de que el único interesado se encuentra interesante, como único interesado), se van descubriendo algunas cosas sorprendentes.
Algo verdaderamente misterioso y aparentemente paradójico, desde el punto de vista evolutivo, sobre lo que habrá que seguir investigando, es el hecho de que nos gustemos tanto a nosotros mismos. El mito de Narciso se refiere a todos nosotros, según parecen indicar los peculiares trabajos del peculiar David Perrett.
Mostrando a una serie de voluntarios sus rostros modificados para que fueran lo más parecido a los suyos pero con las formas del sexo opuesto descubrió que se encontraban a si mismos, en su versión femenina en caso de los hombres y masculina en caso de las mujeres, muy atractivos.
No creo que haya que buscar mucho para explicar un fenómeno tan llamativo. La exogamia, que es de gran importancia para impedir que se produzcan cruces entre personas con genes muy similares, es positiva para la evolución porque contribuye a dispersar los genes deletéreos o causantes de graves enfermedades que son recesivos. Si dos personas con un conjunto de genes muy similares (cosa que ocurre en la familia) se cruzan, la probabilidad de que un gen defectuoso se combine con un par igualmente defectuoso es muy elevada. Por ello hemos desarrollado una forma de repugnancia al incesto. Esta surge como mecanismo psicológico que actúa cuando convivimos con ciertas personas durante varios años en la infancia. No nos sentimos atraídos por aquellos con los que hemos crecido. Como solemos convivir con la familia esto impide los cruces con alta probabilidad de generar nuevos organismos con graves anomalías.
Sin embargo cuando éramos cazadores-recolectores no teníamos acceso a una enorme diversidad humana, y consiguientemente genética, y la exogamia era un fenómeno raro. Los cruces entre primos paralelos y primos cruzados están probados en las sociedades primitivas. Sus sistemas de matrimonio y ordenación de la familia nos resultan hoy bastante confusos y extravagantes, pero eran una buena adaptación a sus circunstancias y prevenían los peores males de la endogamia. No es de extrañar que hayamos desarrollado un gusto por lo parecido, pero no aquello con lo que estamos muy familiarizados. El rostro de un hombre feminizado o el de una mujer masculinizado podrá parecerse al de sus hermanos, pero rara vez será idéntico. Un primo con el que no hayamos convivido puede muy bien resultarnos atractivo.
Los sistemas familiares de las sociedades primitivas lograron un compromiso entre la necesaria exogamia y la casi inevitable endogamia. Hoy en día no tenemos esos problemas.

El Profesor de Biopsicología de la Universidad de Nuevo México, Victor Johnston, estudia precisamente la forma en que los seres humanos percibimos la belleza.
Este investigador sostiene que los hombres buscan en las mujeres señales que indiquen fertilidad, y las mujeres en los hombres otras señales que indiquen un buen sistema inmunológico o virilidad. En todo esto las hormonas sexuales juegan un papel esencial, configurando las formas faciales y aspectos conspicuos del comportamiento.
Los hombres viriles por ejemplo tienen un coeficiente digital más pequeño (la relación entre sus dedos anular e índice). Cuanta mayor es la exposición del hombre en el útero a la testosterona mayor será su dedo anular respecto al índice. Sobre este particular es curiosa la tendencia de muchas mujeres a fijarse, en una cita, en algo aparentemente tan anodino como las manos de la potencial pareja.
En nuestro aspecto quedan huellas trazas de las infecciones que hemos pasado en forma de irregularidades características. Esto aporta información sobre lo susceptibles que somos a las infecciones, y, en definitiva, de la efectividad de nuestro sistema inmunológico. Por ello las caras simétricas suelen resultar más atractivas.
También detectamos la compatibilidad del sistema inmunológico de potenciales parejas con el nuestro a través del sentido del olfato (especialmente las mujeres), percibiendo feromonas. En un experimento se le presentó a varias mujeres la camiseta sudada de 4 0 5 varones. Tras olfatearlas decían preferir el olor de aquel cuyo sistema inmunológico era más diferente del propio.
Todavía estamos muy lejos de comprender los motivos biológicos de las preferencias sexuales. Más teniendo presente que existen entre nosotros tantas "aberraciones" (que nada tienen de tales, en su mayor parte). Sin embargo la ciencia ya empieza a sondear este interesante campo, que tanto dice de nosotros. La mayoría de nosotros elige pareja tras dar un par de vueltas por el mercado del sexo y evaluar someramente a unos pocos candidatos. No disponemos de toda la información posible, ni podríamos aunque lo quisiéramos, ni desde luego tenemos el poder de elegir a quien queramos. Pero nuestras preferencias estéticas y "morales" juegan un papel muy destacado cuando tomamos la decisión, fundamentalmente irracional y no profundamente meditada, de juntarnos con alguien. Evaluamos inconscientemente a gran velocidad, y apenas llega a nuestro yo una milésima parte de los factores que hemos sopesado.

viernes, junio 15, 2007

Compulsión

Pulsó nuevamente el botón del ratón para actualizar el correo. Nada. No recibía respuestas. Había enviado un email masivo con un enlace a su blog, lugar en el que exponía sus puntos de vista, y a nadie parecía importarle. Imaginó las risas de alguno de ellos al leerle, y la indiferencia con la que cerrarían el correo sin pinchar en su link. Imaginó también cómo otros borrarían el correo sin tan siquiera abrirlo. Imaginó que algunos leerían el correo, abrirían la web, leerían un par de líneas y después cerrarían todo para dedicarse a otros menesteres, quizá dejando lo suyo para más adelante, que a la postre sería nunca.

Estaba desesperado. Ya habían pasado 6 horas y ahí seguía, frente a la pantalla del ordenador, pulsando cada poco tiempo el icono de “actualizar” en el correo y en la web. Estaba atado por hilos invisibles a esa silla ergonómica, pero en tal posición que de poco servía la calidad del asiento.

Tras una de sus muchas presiones digitales sobre el botón apareció un correo en la bandeja: era correo basura sobre cómo aumentar el tamaño del miembro viril. Lo eliminó rápidamente. Poco después apareció un comment en su página. Lo abrió nerviosamente. Un mensaje en inglés escueto y bobo con un enlace a otra web. No tenía nada que ver con sus palabras, era un mensaje basura.

Estaba tan absorto en la pantalla que no se dio cuenta de que su jefe se le acercaba por detrás.

-“¿Se puede saber que está haciendo?”- retumbó esa voz a sus espaldas- “¿En eso sigue empleando su tiempo, por el que le pago?”.

Un escalofrío le recorrió la espina dorsal. ¡Que pillada!.

No sabía que decir, no había explicación ni excusa posibles. Había dejado de lado el trabajo del día y se había dedicado a esa estéril espera, tenso, agobiado, ansioso, idiotizado, y, como guinda de la tarta, el jefe le había pillado in fraganti.

-“Recoja sus cosas, está despedido”.

Aquello, pese a ser tan irremediable y a todas luces tan justo, después de tantos avisos, hizo que le hirviera la sangre, despertó en él una ira primitiva, ancestral, que no necesitaba de razones, ni de llevar la razón, para manifestarse. Se levantó de golpe de su asiento y se abalanzó sobre su jefe, un cincuentón bajito y regordete. El horror en los ojos del hombre se transformó en mirada perdida en el infinito mientras moría estrangulado. Antonio se relajó y soltó a su víctima. No había nadie en aquella oficina a esas horas excepto ellos dos. Era un sofocante día de verano y estaba empapado en sudor y muerto de sed. Bajó a la calle y se dirigió al bar más cercano. Se sentó en la barra y sacó la cartera, que manoseó mientras ojeaba los billetes que contenía.

-“Una jarra de cerveza bien grande y fría, por favor”, dijo al aire, sin mirar al camarero.

Iba a gastar sus últimos billetes y a esperar sentado, en este o en otro bar, acaso en una pensión, tumbado, durmiendo la mona, hasta que la policía fuera a detenerlo. No tenía otros horizontes.

jueves, junio 14, 2007

Neuronas en una placa de petri



Hace algún tiempo escribí sobre la posibilidad de mantener un cerebro "vivo" en una botella.
La cosa me parecía disparatada, convencido como estaba por el razonamiento impecable de los neuropsicólogos Bryan Kolb y Ian Q. Whishaw sobre la imposibilidad de algo semejante. Estaba, además, más convencido aún por considerar -gracias a Antonio Damasio y a William James- el cuerpo como una unidad indivisible. La drástica separación del cerebro de su cuerpo se me antojaba tan inverosímil como la separación del alma del cuerpo, y tan definitiva como el corte de una guillotina.
El hecho es que algunas investigaciones y experimentos recientes hacen que mire la cosa desde una perspectiva diferente. Quizá se pueda crear una realidad virtual a partir de neuronas y ordenadores, una especie de androide, de cyborg, hecho de silicio y carbono. Los primeros pasos para un logro tan increíble se están dando ya.

Steve Potter, se parece al niño/adolescente de la ficción en más que en el apellido. Tiene un físico similar y hace lo más parecido a magia de lo que es capaz un ser humano: ha logrado que unas neuronas de rata de laboratorio desarrollen un comportamiento dentro de un software de ordenador, de un micromundo virtual. Las neuronas, cultivadas en una placa de petri, están conectadas al aparato directamente, y van cambiando sus conexiones y adaptándose a su nuevo entorno virtual.

Este científico que resulta a cualquier observador familiarizado con las películas de Harry Potter una mezcla de ser mitológico y de carne y hueso, ha mezclado también la realidad con la ficción en su trabajo, creando el primer Matrix genuino, real, si bien aún muy imperfecto, y solo para roedores (o, para ser más precisos, para sus neuronas).

La neuroingeniería es ya un campo prometedor, con gran potencial de desarrollo. No le veo un techo. Miro hacia arriba y hay un cielo abierto, despejado. Es posible que el mismo cielo pueda contemplarse algún día desde dentro de una máquina. Quizás hoy sea así (¿podemos acaso negarlo?). ¿Imagináis una realidad virtual dentro de una realidad virtual que reside en una realidad virtual que pertenece a una realidad virtual inserta en una realidad virtual....hasta "n"?. Sería como el efecto producido al interponer un objeto entre dos espejos enfrentados, como esos sueños de un universo que contiene tantos universos como partículas elementales tiene, teniendo cada uno de los microuniversos igualmente otros tantos. Asistiríamos a lo que se conoce como una regresión infinita. Demasiado para entenderlo con nuestro cerebro evolucionado en la finitud de la necesidad. Claro que en un futuro quizá nuestros descendientes evolucionados artificialmente a partir del sustrato de nuestra frágil materia puedan comprender cabalmente estas complejidades.

El método

Me preguntó hace unos días mi buen amigo Juan Pablo, en forma de meme, cual era mi método, cuáles mis herramientas en esto del blog. El caso es que puedo cavilar horas y horas sobre cómo procesa el cerebro las emociones o porqué vemos los colores como los vemos, pero ni se me ocurre pensar jamás en de qué forma realizo esta ya cotidiana tarea. Y esto me da pie a caer en otra de mis reflexiones sobre la inconsciencia y la irracionalidad de nuestra conducta. ¿Carezco de método?.
Ciertamente no persigo ningún objetivo al escribir el blog salvo andar el camino que mi mente me marca. Y por el camino he ido tropezando con obstáculos para expresarme. Entonces acudo a quien mejor me pueda ayudar, si no cuento con su asistencia es posible que desista. Mi amigo informatiqueitor me explicó cómo hacer enlaces, y de casualidad descubrí un día cómo meter imágenes. Lebeche me colocó la cabecera neuronal. Nunca he buscado deliberadamente soluciones para mejorar el blog por mi mismo, de ahí que mi blog tenga mucho aún susceptible de ser mejorado. Igual que Demóstenes, que se ponía piedras en la boca para mejorar su dicción, otros se esfuerzan día a día por mejorar la forma o el fondo de su discurso. Yo he optado por deslizarme suavemente. Lo que venga vendrá. Mientras pueda expresarme libremente todo lo demás es accesorio. Bonito pero accesorio. Supongo que esto representa una gran limitación. Con la guitarra me ocurre igual. Aprendí los acordes básicos para poder interpretar mis canciones y alguna otra que me gustase. Sin embargo no fui más allá y soy, como guitarrista, mediocre.

Como en algunos de mis anteriores memes no voy a expandirlo. Por lo que a mi respecta aquí acaba. No es gran cosa pero ¿qué esperan que les diga?. Soy un tipo un poco vago y divagador, un vagabundo del verbo y el pensamiento. ¿Cómo iba a desarrollar un método?.

viernes, junio 08, 2007

Pequeño pero asustón

Supongo que el respingo que di cuando vi caer a mi hijo desde lo alto de un ya de por sí alto tobogán, por el lado de pendiente perpendicular al suelo, se debió de parecer mucho
a la reacción automática de esta madre panda ante un leve movimiento de su cría.

Afortunadamente mi hijo cayó de culo. Y afortunadamente los niños, con más cartílago que hueso, son de goma, y resisten cosas que a nosotros nos dejarían lisiados o muertos. Como dice mi padre, muy sabiamente: “cuando te haces mayor descubres lo duro que está el suelo”.

Claro que, alguno dirá, esta mamá panda no se asustó por que a su tierna criatura fuera a pasarle algo, sino por sí misma, que temía ser atacada por una cosa extraña que se le venía encima.

También de esos sustos he recibido alguno curioso de mi vástago. Un día me lo encontré de frente en el pasillo, saliendo de la habitación, cuando lo creía en la cocina, y pegué un bote que casi doy con la cabeza contra el techo. Él se rió.

Otros animales pequeños, aparte de mi hijo, han tenido el privilegio de asustarme. Vivo cerca de la naturaleza, y al abrir la ventana todas las mañanas puedo disfrutar de un golpe de aire fresco y de la contemplación de un verde paisaje de árboles repleto de la vida que los habita. Una mañana subí la persiana alegremente, como de costumbre, y aparté a un lado la cortina con la mano, pues estaba echada, para mirar hacia fuera. Mis ojos se vieron entonces enfrentados a otros ojos, y tanto la ardilla que me miraba, como yo que la miraba a ella, reaccionamos con rapidez apartándonos el uno del otro, llevados por un pavor instintivo e irracional. Cuando me percaté de lo ridículo de la situación me eché a reír.

¡Qué zuzto mámaaaa!

jueves, junio 07, 2007

Un ritual innato

El bostezo no es nuevo, filogenéticamente hablando: bostezan hasta los reptiles. Sí lo es, en cambio, su contagio. Solamente se ha observado en hombres y chimpancés. Este contagio se relaciona con la empatía, aunque no está muy claro a qué obedece exactamente.

Bostezamos cuando nos aburrimos, cuando estamos cansados (acompañando estos últimos bostezos de estiramientos, sobre todo recién levantados), o incluso antes de saltar a la palestra, aunque ante ciertas situaciones sociales en las que no nos sentimos del todo seguros, en las que nos sentimos observados, los reprimimos, a diferencia de la risa, que puede tornarse incontenible en el momento menos oportuno.

No podemos bostezar de otra forma que abriendo mucho la boca e inspirando poderosamente a su través. Si te tapas la nariz en pleno bostezo esto no lo afectará en absoluto.

Es posible que la lectura de este post te haya hecho bostezar, y dada su brevedad no habrá sido por tedio. Solo de ver a otro bostezando (como en la foto), leer sobre bostezos o pensar en ellos puede uno bostezar. Los esquizofrénicos y los autistas, que están bastante desvinculados de su realidad social, se contagian más bien poco de los bostezos ajenos. Así que si no has bostezado durante esta rápida lectura, háztelo mirar....por si acaso.

Más sobre risas y bostezos en esta entrevista a Robert Provine, el mayor experto en estos no por más cotidianos menos misteriosos comportamientos.

miércoles, junio 06, 2007

El progre que llevamos dentro

Frans de Waal es uno de los primatólogos más conocidos y reconocidos del mundo. Como tal divulga su sapiencia acerca de nuestros parientes primates y la pone en relación con nosotros. La ciencia poco a poco va perfilando nuestros parecidos y diferencias con los miembros de nuestra "familia extensa".

Que somos miembros de la familia de los primates es algo que pocos pueden discutir, al menos científicamente. Todos llevamos un mono dentro, como sugiere de Waal en "El mono que llevamos dentro", la obra suya que ahora leo.

Después de exponer amenamente cómo los chimpancés practican su política sangrienta y los bonobos se montan (o lo bien que se lo montan), de Waal nos dice que no nos tenemos que ver reflejados totalmente ni en unos ni en otros, aunque sí debamos mirarnos en su espejo y extraer conclusiones. No puede ocultar que los bonobos le parecen un adecuado referente, con sus coitos sociales indiscriminados e interminables y su plena receptividad y disposición para el acto amoroso en todas sus formas y maneras. Es posible que le recuerden a los hippies de los 60 con su "hacer el amor y no la guerra", y no sabría decir si incluso llega a citar esta frase archiconocida y archirepetida. El tópico no es cierto, al menos como presupuesto moral, aunque esté probado que la oxitocina reduce la agresividad en ciertos momentos y circunstancias muy concretas, en cada individuo.

El caso es que de Waal no puede contener no al mono, que se da por supuesto, sino al progre que lleva dentro. Así, en la página 41 de su interesante libro, dice algo sumamente ilustrativo, no tanto en sí mismo por lo que refleja del autor. Transcribo:

El bonobo es el antropoide perfecto para los tiempos que corren. Las actitudes han cambiado mucho desde que Margaret Thatcher postulara su estridente individualismo. "No hay eso que llaman sociedad", proclamó, "hay hombres y mujeres individuales, y hay familias". El comentario de Thatcher quizá se inspirara en las ideas evolucionistas de su tiempo, o viceversa. En cualquier caso, veinte años más tarde, cuando grandes escándalos financieros han dado el pinchazo final al globo inflado de la Bolsa, el individualismo puro y simple ya no suena con tanta vehemencia. En la era posterior a Enron, la gente ha vuelto a darse cuenta –como si nunca lo hubiera sabido- de que el capitalismo inmoderado rara vez revela lo mejor de las personas. El "evangelio de la codicia" de Reagan y Thatcher se agrió. Hasta Alan Greenspan, presidente de la Reserva Federal y profeta del capitalismo, dejó caer que quizás sería bueno pisar el freno. Como explicó ante una comisión del Senado Estadounidense en el año 2002: "no es que las personas se hayan vuelto más codiciosas que en las generaciones pasadas. Lo que ocurre es que las vías para expresar la codicia han aumentado enormemente. Ay, y quizá los recursos, Alan, Franz.

El salto que pega no lo da ni un mono ni tarzán con su liana. Es un salto lógico insostenible, del que sólo puede resultar una estrepitosa caída al vacío. O sea que resulta que los bonobos nos van a enseñar a nosotros cómo debemos organizar la sociedad, que, por supuesto, es una entidad con una naturaleza propia y pese a ello susceptible de organización desde los individuos, pero donde el individualismo no juega más que un papel negativo. Sencillamente inverosímil.

Pero profundicemos su error, que es grave viniendo de alguien que estudia precisamente la naturaleza humana (aunque sea por comparación etológica con los parientes cercanos). Las comunidades de bonobos son reducidas, no están formadas por miles y menos aún por millones de miembros. Apenas hacen uso de herramientas, por lo que ni imaginan lo que podría ser la tecnología. Han surgido en un entorno de abundancia relativa, si se compara con el que tienen los chimpancés o aquel en el que tuvieron que sobrevivir nuestros ancestros (en el que eran más presas que depredadores). Digamos que los bonobos se han podido permitir el lujo de.....¡ser bonobos!. Su evolución refleja sus circunstancias ambientales pasadas, como era de esperar. Si lo hubieran pasado un poquito peor y pese a todo siguieran aquí, quizá se pareciesen un poco más a nosotros, o quizá nosotros no estuviéramos.

¿Qué es lo que ha cambiado, además, tan sustancialmente desde los tiempos de Thatcher en el concepto de evolución, como para suscitar cambios en la actitud ante la vida de la gente y el modo de "organizar" la sociedad?. Nada, realmente. ¿Qué se sabe más de microbiología, de ecología, de primatología?: ¿en qué afecta eso a nuestra percepción del mundo y nuestra naturaleza, o, aún más allá, a nuestra propia naturaleza?. ¿Es que acaso saber que los bonobos follan y no matan, haber descubierto eso, va, por osmósis, a cambiarnos a nosotros?. Chorradas. ¿Y qué ha cambiado en la sociedad, si saberse puede, para que se de la "viceversa" que haría cambiar las ideas evolucionistas?.

Por otro lado puede que Thatcher tenga un conocimiento profundo de la teoría de su compatriota Darwin, pues es química y de ciencia sabe lo suyo, pero no sé hasta que punto el liberalismo individualista de Ronald Reagan podría inspirarse en el "darwinismo social", suponiendo que en su faceta individual era más bien evangélico (siempre según el catecismo progre), con lo de creacionista y antievolucionista que esto pudiera llevar implícito. Asimismo Thatcher ha sido una madre de familia ejemplar, que crió sola a sus hijos, antes de ser Primera Ministra, con lo que sabe muy bien lo que es una familia y está perfectamente legitimada para hablar de lo que esta representa dentro de la sociedad, o de la ficción de esta.

De cualquier forma que se mire no se puede decir que el liberalismo tenga su cimiento en el darwinismo, y supongo que esto de Waal no lo sabe porque, pese a sus conocimientos más que demostrados de primates, no es ni remotamente un entendido o siquiera un iniciado de las ideas liberales, por lo que muestra. El hecho de que la teoría evolutiva haya reforzado determinados postulados liberales no significa que el cuerpo de ideas liberal no tuviera suficiente consistencia ya antes de que la idea de evolución orgánica se hiciera explícita y circulara por el mundo. No creo que la Escuela de Salamanca conociera al todavía nonato inglés (quizá si Nostradamus). Y para colmo fue Spencer, ese liberal, antes que Darwin siquiera hubiera publicado su obra, el que introdujo la evolución en el liberalismo. ¿Qué cómo?.....las ideas flotaban en el ambiente, y si no que se lo digan a Wallace, o al abuelo de Darwin, por remontarnos atrás en la evolución de la idea de evolución. Lo que sucedió es que Darwin desarrolló perfectamente la idea y la apoyó en innumerables argumentos y ejemplos de la naturaleza.

La cuestión de los recursos escasos que inspiró en parte la teoría evolutiva (junto con la geología de Lyell), fue suscitada por el economista Malthus. Y es que la disponibilidad relativa de recursos explica mucho mejor la evolución de las especies y de los usos sociales que el comportamiento de animales cuyo parecido con nosotros se debe a un antepasado común no muy alejado.

Escuchemos (leamos) a otro científico, este neurólogo, Nolasc Acarín Tussel, en "El cerebro del Rey":

La preservación de la vida o el acceso al alimento no tenían (¡ni tienen!) el mismo significado según se aplicaran a los próximos o a los extranjeros. Durante siglos las ciudades se protegieron con murallas para preservarse a sí mismas en contra de los otros (léase de la codicia de los otros). Sólo cuando aumentan los recursos cambia esa tendencia y se favorece tanto a los "nuestros" como a los "otros". Contrariamente, en tiempos de escasez hay una tendencia a disminuir incluso los favores a los "nuestros", para centrarnos en la familia directa o en uno mismo. En algunos países con penuria económica, no es infrecuente que los padres recurran al infanticidio, especialmente de las niñas, para evitarse mayores cargas económicas. Diríase que las actitudes egoístas se exacerban en situación de penuria y desorden (contrariamente a lo que sugiere de Waal), mientras que cuando existe cierto orden social y abundan los recursos, la solidaridad es más amplia, trasciende las fronteras de la comunidad e incluso puede traspasar las de la especie para tornarnos más cooperativos y respetuosos no sólo con los humanos sino también con los otros animales e incluso con el entorno medioambiental. Hay un ejemplo sencillo: cuando nuestra salud decae y enfermamos o nos sentimos desgraciados, nos volvemos más egoístas, pensamos primordialmente en nosotros y en nuestras precariedades, los demás nos importan mucho menos. Los recursos de salud son tan importantes como los económicos.....

La simpatía o beneficencia es el impulso que nos lleva a hacer el bien a los demás sin pretender nada a cambio. La vida en comunidad es posible, en primer lugar, por la capacidad altruista que está en el origen de la cooperación; en segundo lugar, porque la moralidad facilita la aceptación de reglas de convivencia , y en tercer lugar, porque la existencia de líneas de simpatía entre individuos que tienden a la consecución de una comunidad armónica y feliz, es una tendencia universal en todos los grupos humanos, siempre y cuando existan los recursos necesarios para la subsistencia
.

Los recursos son necesarios para la armonía social, como dice Tussell. ¿Y cual es el "sistema" social que permite una mayor generación de recursos, llevando por tanto a una mayor paz entre los hombres de buena voluntad?. La respuesta a esta pregunta no es unánime, aunque no es la unanimidad el criterio de la verdad. Yo creo que es el liberalismo, y por tanto creo que en la medida en que existan trabas a la libertad por parte de los poderes y robo por parte de los privilegiados (esto es, los que viven de los demás sin dar nada a cambio, los parásitos, que suelen confundirse con los poderes, pero los políticos), habrá menos recursos, y menos paz. Y a la inversa. Siempre he defendido que hay un número crítico de parásitos que cada sociedad puede soportar antes de entrar en el colapso de un conflicto civil. Desconozco cual es ese número, pero tengo la certeza de que el reconocimiento de los individuos y las familias frente a los derechos de colectivos y las obligaciones comunitarias aumenta la responsabilidad de las personas, su capacidad de trabajo y de crear cosas nuevas y mejores. Así que creo que llamar estridente a Thatcher por decir una verdad de tal calado es una estridencia, y es atentar dialécticamente (con el poder de la palabra, especialmente la de la sacralizada ciencia) contra la posibilidad de desarrollar un bienestar humano, humanamente posible, en nombre del paraíso perdido y jamás alcanzable de los bonobos.

Francamente, no sé si Nolan será progre, liberal, conservador, apolítico, centrista, nacionalista, escéptico o qué, mientras leo su libro de divulgación científica, pero es que de eso se trata.

viernes, junio 01, 2007

Imaginación y recuerdos

A mediados del siglo pasado, un canadiense de nombre Donald O.Hebb propuso la idea de que las sinapsis o espacios de unión entre las neuronas se reforzaban con el uso, contribuyendo a la formación de los recuerdos. Desde entonces han venido muchas confirmaciones experimentales de esta intuición, como las del sueco Timothy Bliss, que lo comprobó en conejos y denominó al proceso de reforzamiento Potenciación a largo plazo (LTP; Long Term Potentiation) o las del austriaco Eric Kandel, que estudió en las neuronas gigantes de la Aplysia el proceso molecular de refuerzo sináptico.

El nombre "Sinapsis" fue introducido en la neurociencia por el eminente fisiólogo inglés Sir Charles Sherrington, que lo tomó –cómo no- de los griegos. Significaba, entre esos pioneros de tantas cosas, "broche". Aparte de la belleza del término, de su sonoridad deliciosa, es absolutamente preciso en su significación. Las sinapsis son uniones que se hacen y deshacen, como se cierra y abre un broche. A esta flexibilidad se la denomina plasticidad neuronal. El aprendizaje y la memoria deben todo a este proceso múltiple de apertura y cierre de sinapsis dentro del sistema nervioso central.


La teoría neuronal del español Santiago Ramón y Cajal, que postulaba, entre otras cosas, que las neuronas eran células aisladas unas de otras, se vio fortalecida por el descubrimiento de las sinapsis. Al ser estas un espacio entre células representaban sus respectivos límites. Sin embargo las ideas alternativas del italiano Camilo Golgi no eran del todo desacertadas, como dice el americano R. Douglas Fields en el último número de Mente y Cerebro. Golgi proponía que el sistema nervioso era una red, que las neuronas formaban retículas, que no estaban aisladas, sino que eran parte de un continuo. Fue paradójicamente el método de tinción que el descubrió (la tinción de Golgi) el que utilizó Cajal para mostrar al mundo las neuronas separadas, como células únicas, y hacer prevalecer la teoría neuronal.

Las neuronas forman, en efecto, redes, y no están solas. En lugar de hablar de plasticidad neuronal habría que hablar de plasticidad neural (neuronal y glial), incluyendo por tanto en esta plasticidad a las células de la glia, como dice el bioquímico español Manuel Nieto Sampedro. El recuerdo no se forma exclusivamente por la acción de unas neuronas sobre otras, sino por la acción conjunta de las neuronas y la glia en redes de gran complejidad y amplitud. La glia también se ve afectada por neurotransmisores y también los difunde, e incluso algunas células gliales tienen potenciales de acción (mecanismo de comunicación de las neuronas). El complejo neurona-célula glial es indisociable. Un dato curioso es que el cerebro de Einstein se distingue de los cerebros de otras personas en su mayor densidad de células gliales.

Por otra parte se puede hablar de redes en un sentido algo más etéreo pero no menos real. El fructífero grupo de trabajo italo-americano formado por el médico Gerald M. Edelman y el físico Giulio Tononi ha propuesto la interesante hipótesis del núcleo dinámico sobre la consciencia, de la que se pueden extraer algunos aspectos fundamentales para la memoria.

Definen Edelman y Tononi, en su obra "El Universo de la Conciencia" el núcleo dinámico como el resultado de la actividad de grupos de neuronas que forman agrupaciones funcionales. Estas agrupaciones se caracterizan por la presencia de fuertes interacciones durante períodos de centenares de milisegundos. Estas se suceden variando levemente su composición pero manteniendo una integración. El resultado es el núcleo dinámico.

La integración se genera sobre todo, aunque no de forma exclusiva, según observaciones de Edelman y Tononi, en el sistema talamocortical.

El cerebro crea de continuo agrupaciones de neuronas, mapas, tanto para las actividades conscientes como para las inconscientes. Estos mapas no son unidimensionales, ni siquiera tridimensionales (por eso de la estructura tridimensional de la red), sino tetradimensionales, puesto que no son siempre iguales, sino que varían constantemente pese a mantener un núcleo común, y lo hacen tanto aleatoriamente como siguiendo un patrón, aspecto este que habremos de distinguir más adelante. Asimismo la intervención de las células gliales podría añadir aún mayor dimensión a la estructura.

La consciencia, de la que hablan estos autores, ha de tener, en todo momento, elementos de memoria activados. La realidad percibida pasa por la criba de estos, pues todo lo que percibimos es contrastado con nuestros archivos de "realidad", que no son otra cosa que recuerdos, o, visto desde el punto de vista de la neurociencia cognitiva, uniones de neuronas que disparan sincrónicamente formando un esquema preciso que otro grupo de neuronas asociado dentro de un grupo funcional, reconocen, bien dentro del núcleo dinámico (reconocimiento consciente), o solapándose tenuemente o fuera de él (reconocimiento inconsciente).

Que vivimos un "presente recordado", en palabras de Edelman, parece claro en alto grado, especialmente en la medida en que la estabilidad del medio externo e interno reflejado subjetivamente lo permiten, en la medida en que los mapas se corresponden con los hitos, hechos y circunstancias de un mundo externo cambiante pero de evolución generalmente y a grandes trazas predecible.

Como decía antes tendríamos que distinguir entre integraciones de neuronas más o menos aleatorias. Todo esto está bastante relacionado con el proceso de memorización y aprendizaje, y nos ilustra acerca de cómo se produce.

Las agrupaciones no aleatorias, o muy poco aleatorias, con, digamos, pocos grados de libertad, serían lo que el Letón Ekhonon Goldberg denomina "patrones". Estos son estructuras muy asentadas, muy consolidadas en el cerebro. Son los parámetros de nuestra percepción y nuestro comportamiento, muchos de ellos innatos y otros tantos adquiridos por la experiencia. Para Goldberg el hemisferio izquierdo del cerebro es el que acumula mayor número de patrones (esto puede apreciarse en la lateralización del lenguaje, entre otras cosas), mientras que el derecho es el que procesa en gran medida las novedades, y, digamos, forma los recuerdos para que luego adquieran estos un asiento más permanente en el hemisferio izquierdo.

Frente a los patrones, que son paramétricos, tendríamos pues zonas neuronales más moldeables, más sujetas a la plasticidad neural, más variables. Hablaríamos entonces de agrupaciones en formación, en diversas neuronas que se disparan ante estímulos externos o internos del organismo sincrónicamente, pero sin haber establecido aún los vínculos, los refuerzos de los que hablaba Hebb, entre ellas.

Como la realidad exterior, o, al menos, aquella en la que nuestro cerebro evolucionó, no tenía demasiados miramientos para con los despistados y descuidados, los momentos de reordenación y reestructuración de la parte moldeable del cerebro, debían realizarse sin interferir la actividad encaminada a la supervivencia inmediata. Estos momentos eran aquellos en los que el organismo reposaba. Así podría haber surgido el sueño REM, llamado así por los Rapid Eyes Movement realizados durante el mismo, en el que se producen las ensoñaciones, vividas imágenes del medio combinadas de forma ni totalmente azarosa ni completamente coherente. No es un sueño exclusivo de los humanos, desde luego. Si parece, en cambio, propio de los grandes triunfadores de la naturaleza, de los depredadores y los que pueden dormir tranquilos, como señalan algunos científicos. El enorme desarrollo del cerebro humano, tanto en tamaño como en estructura, se dio sobre todo en la corteza frontal, asociada a la planificación, la moral, la empatía y a algunos otros aspectos relevantes de nuestro comportamiento social. Es posible que nuestros sueños, que al igual que la consciencia residen en el eje talamocortical, sean más ricos en matices. Es probable que esto último se deba a un juego combinatorio más complejo, que podría tener su razón de ser en la estructura más intrincada y a un tiempo flexible que permiten las mayores densidades de los complejos neurogliales y la mayor dimensión de las áreas de asociación cerebrales (el cerebro frontal es la principal de ellas). El hombre ha llegado a tal grado de desarrollo en su cerebro que no sólo son sus sueños (como su comportamiento) más variados y con mayores posibilidades de combinación (mayor grado de libertad), sino su propia vida mental, su consciencia. La imaginación humana, surgida de este gran desarrollo, es la clave para entender no sólo la mayor capacidad para recordar y relacionar, sino las subsecuentes cognición y creatividad.

El hombre ha alcanzado la capacidad de soñar despierto en estado de relajación mental. Esta se produce en ocasiones acompañada de relajación física, aunque esta última no es precisa. Consolida así recuerdos y patrones cognitivos de diferentes tipos, incluso durante el día. Como dice Brainy, divagamos tanto cuando no hacemos nada como cuando realizamos una labor monótona que no monopoliza todas nuestras energías mentales. Enlazamos unos patrones ya adquiridos con otros, solapamos imágenes mentales por elementos que tienen en común. Pensemos en la teoría de conjuntos de Cantor, porque en la concatenación de imágenes sucede lo mismo a nivel neuronal: Una agrupación de neuronas que disparan sincrónicamente es sucedida por otra cuyo único punto en común es, digamos, un elemento del cuadro de la anterior. Dos conjuntos se enlazan por su intersección. Esta intersección se ve reforzada momentáneamente y es susceptible de formar un patrón, siquiera endeble, que podría reforzarse con posteriores activaciones sincrónicas de sus elementos neurogliales constitutivos.

Como comentaba en el post de Brainy, el psicólogo estadounidense Joy Paul Guilford, hablaba de dos tipos de pensamiento: el convergente y el divergente. El primero, que yo asociaría a los patrones, tomados individualmente, es aquel que tiende hacia una única solución, mientras que el segundo, asociable al procesamiento mental asociativo (valga la redundancia), variable e imaginativo, que permite la plasticidad neural, tendería a múltiples soluciones dentro de las cuales, siendo la mayor parte disparatadas, habrían soluciones nuevas, originales, y, lo que es más importante, mejores, bien sea desde el punto de vista estético (por ejemplo en el arte), bien desde el de reflejo de realidades (como en el campo científico).

Cuando el Austriaco Sigmund Freud apostó por el método de asociación libre para hacer aflorar las vivencias y sentimientos profundos e inconscientes de los pacientes psicoanalíticos no iba tampoco tan desencaminado. El hecho de que el paciente se perdiera en falsos recuerdos o en recuerdos irrelevantes no se debía tanto al método en sí, cuanto a que el camino tomado por la asociación fuera el correcto, lo cual era cuestión de azar. Asociando libremente va uno estableciendo relaciones, hasta que de pronto una nos parece significativa (sea o no explicativa de la realidad que llevara a la "neurosis"). Este método de introspección, de indagación en la propia psique, hace un gran uso de nuestra capacidad imaginativa y creadora, y a través de esta puede uno llegar a conocerse mejor, a acercase un poco más al ideal de "Conócete a ti mismo" del Templo de Delfos.

El sueño REM, las divagaciones o los sueños diurnos son distintas manifestaciones de nuestra naturaleza imaginativa y adaptativa a largo plazo. Para adaptarse en el corto plazo son mejores los patrones, los instintos muy fijos. Para aprender y crecer a la larga, si lo permiten las circunstancias, es preferible desarrollar mecanismos cognitivos flexibles que permitan combinar los elementos de realidad de tantas maneras como sea posible para hallar nuevas y mejores respuestas, nuevas y mejores adaptaciones.

El eje talamocortical se activa en la consciencia y en el sueño. Y el protagonista del sueño es siempre el YO. Llevo un tiempo preguntándome porque tenía que ser así. ¿No bastaría que soñásemos con formas y colores en sucesión completamente aleatoria?. ¿Por qué está presente la consciencia en el sueño REM?. ¿Será que es precisa la atención para consolidar los recuerdos relevantes, para manejarse por entre los mapas superpuestos de nuestra psique infinitamente compleja?.

¿Y qué motiva la atención, tanto en sueños diurnos, asociaciones libres, divagaciones o sueños REM?: el significado, el orden, la coherencia, la luminosidad, elegancia y simplicidad de una imagen, de una idea. Estas raras ideas brillantes hacen que de pronto nuestra atención se centre, tanto despiertos como dormidos. El yo en el sueño representa ese papel vigilante, igual que en la vigilia. De una sucesión en conjunto incoherente surgen relaciones en su mayor parte sin sentido, y, entre ellas, alguna significativa, que "despierta" la atención. Ese despertar la atención en si mismo podría resultar misterioso, pero es posible que solamente sea un espejismo. De acuerdo con nuestros patrones innatos en gran medida, y solo levemente con los adquiridos, un patrón naciente tiene una mayor o menor posibilidad de integrarse dentro del conjunto de conjuntos interconectados de diversas maneras en nuestra psique. Digamos que ese patrón puede encontrar su hábitat y su nicho y esto activa esos otros patrones, filogenéticamente más antiguos, y más fijos, relacionados con el sistema de recompensa del cerebro (la selección natural premió el orden, la claridad...etc en el comportamiento y las ideas que lo precedieron).

En la esquizofrenia se suele desarrollar una gran creatividad. Muchos “genios” han sido personalidades borderline, cercanas a la locura. Ciertas enfermedades podrían provocar, con independencia de cual sea su etiología precisa, fenómenos oníricos e imaginativos más allá de lo normal, llegando a transfigurar, a tergiversar, la propia realidad. Quedémonos con el cuadro que abre este escrito, pintado por el alemán Josef Scheneller, un esquizofrénico. A mi me parece muy sugerente. Entre tanta locura, entre tanto caos del alma ¿cómo no iba a surgir, fuera por azar a o necesidad, alguna idea o imagen mental brillante?.