jueves, noviembre 02, 2006

Un icono


Durante años he visto a jóvenes paseando alegremente por las calles con camisetas de Sociedad Alcohólica. No sé cuantos de ellos conocerían su música, ni sus letras. Pero el nombre del grupo, en la forma circular presentada, es un icono, como la cara de Guevara.
Supongo que como se entregan a juergas alcohólicas de fin de semana, y no tienen otras perpectivas mejores, se han sentido falaz y fatalmente identificados con el nombre del grupo. Pero el contenido, por desgracia, es otro. Es como beber lejía de una botella de ginebra: no deja resaca, mata. Pero en este caso mata la libertad, esa misma que les permite, entre otras cosas mejores, correrse las juergas que les hacen creer que viven en una sociedad alcohólica.

4 comentarios:

Peggy dijo...

por desgracia en este pais ...el alcohol aun es un vicio bien visto y demasiado arropado socialmente ...y que conste que no le hago remilgos a un rioja:)

Germánico dijo...

Yo llevo unos meses sin tomar gota, aunque no veo mal que otros beban. Lo que lamento es que se sacralicen las bebidas espirituosas y todos los rituales que rodean su consumo, como si fueramos una tribu en torno a una hoguera tomando peyote.

Zorro de Segovia dijo...

muchos jóvenes un lenguaje excesivo, antisocial, reaccionario, y algunos casi rayan la delincuencia. Cierto. Y muchos grupos de mala música basan su éxito en proclamar soflamas que enaltecen esos comportamientos. Cierto también, pero ¿es ésa una conducta delictiva? Si medimos por el mismo rasero, los obispos Setién y Uriarte (no precisamente jóvenes) estarían a la sombra hace tiempo por su tolerancia con el terrorismo. ¿Por qué lanzar a unos mindundis al estrellato y consumir el precioso tiempo de nuestros tribunales juzgando la payasada de unos melenudos?

Buscad la traducción de letras de grupos míticos del "metal" como Kiss, Iron Maiden o Black Sabbath. Dan miedo. ¿Hemos de suponer que el artista hace suyo su arte? Porque si es así he visto algunas exposiciones de artistas plásticos bastante progres que más parecen salas de tortura que salas de arte.

Germánico dijo...

No es un asunto fácil, ni siquiera –o quizá especialmente- desde el punto de vista del derecho. Se supone que hay libertad de expresión. Determinadas manifestaciones pueden repugnarnos, y podemos considerar a ciertos agentes como corruptores de la juventud, pero no podemos prohibir las primeras y/o coartar la libertad de los segundos alegremente sin exponernos a caer en la arbitrariedad y el despotismo. Ahora bien, no hay que subestimar a los melenudos, ni a los payasos, y mucho menos a los melenudos payasos. Tienen un gran poder a través de la influencia en una juventud descarriada (no precisamente por ellos, aunque ellos contribuyan). El caso es que esos seres repulsivos (así los veo yo) son un indicador de decadencia, y atacándoles a ellos no se va, estoy contigo, a la raíz del problema, que está en otro sitio.

De todas formas yo no pondría en el mismo saco a los grupos del metal que señalas y a Sociedad Alcohólica, ni por calidad musical, ni lírica, ni por ideología antisistema. Para mi hay dos formas de antisistema muy distintas en su fondo y en su forma: la primera podría calificarse de individual y existencialista, y a corto plazo es relativamente inocua –si bien a largo plazo puede contribuir al lento envenenamiento de las costumbres de una sociedad (que como antes señalaba no tiene su origen en ellos). La segunda es colectivista y activista, y hace uso de violencia organizada (practicándola o instigándola) para tratar de poner de rodillas a sus enemigos de clase (o cualquier otro fantasma que se inventen en sus fantasías revolucionarias), es decir, para poner de rodillas a la sociedad.

Creo que S.A. debe ser un grupo antisistema del segundo tipo, y su actitud tiene poco de inocua en el corto plazo.