miércoles, mayo 09, 2007

Sitting on the dock of the bay

Pedro cruzó el gran hall de mármol. El portero le miró como si no le conociera. Llegó a la calle, llena de transeúntes ajetreados. Levantó la mirada al alto edificio gris, cubierto de ventanas oscuras, simétricas. Sabía que nunca más volvería. Le habían despedido. Metió las manos en los bolsillos y comenzó a caminar por la ancha avenida hacia el puerto. El viejo muelle de madera estaba cerrado, una valla lo rodeaba. Saltó por encima de ella con gran dificultad, cayendo sobre el duro suelo al otro lado. Se había hecho un corte en el codo, la camisa estaba rasgada y manchada con la sangre que manaba profusamente de la herida. Siguió hasta el muelle y se sentó mirando al mar, con las piernas colgando sobre el agua. Anochecía. El sol se ocultaba en el horizonte.

“El capital es indiferente. El capital es muy interesado. Cuando algo interesa mucho dejan de interesar las cosas que no tengan que ver con ese algo o que no sirvan para obtenerlo”- pensó. “El interés mueve a la indiferencia”.

Sacó un cigarro del arrugado paquete que llevaba en el bolsillo de la camisa. Lo encendió y lo vio brillar con su ceniza candente en medio las sombras que empezaban a llenarlo todo. Dudaba si acercarse al bar de la calle Rivera o si volver a su casa vacía. Mañana no tenía gran cosa que hacer en esta urbe impersonal.

“La gente es indiferencia. La gente es muy interesada. Se buscan a si mismos en los otros. Si no se encuentran pasan de largo”.

Sabía que sus pensamientos eran negativos y circulares por su situación. Él era un optimista. Siempre había afrontado la vida con energía y seguridad. Ahora también podía hacerlo.

-“¡Eh!....” –escuchó- “¡Eh tú gilipollas!...¿no estás muy lejos de tu casita?”. Miró atrás y hacia arriba y vio a un tío grande de tez oscura que le devolvía la mirada penetrantemente, con los ojos un poco salidos de las órbitas.

-“Pues si”.

-“¡Dame la guita joputa!”.

-“¿Qué?”.

-“¡Que me des la puta pasta cabrón!”- dijo el grande sacando un cuchillo.

Pedro no lo podía creer. Como un acto reflejo se había puesto en pie de espaldas al mar, en un precario equilibrio sobre los maderos del muelle.

El otro volvió a hablar, con un tono más brusco y acercándole el cuchillo a la cara:

-“¿No querrás problemas verdad, payaso?”.

Iba a responder “no, en absoluto”, pero en medio del no sintió un fuerte golpe en la tripa y notó que le faltaba el aire. Cayó. Estaba en la posición fetal, con las manos en la barriga, notaba como manaba un líquido caliente por sus manos pero él se sentía cada vez más frío y una fuerte angustia le iba inundando. Notó como el grandullón le hurgaba entre la ropa y le sacaba la cartera.

-“Vaya mierda, el capuyo este no tiene un chavo...10 putos euros”.

Recibió una fuerte patada en la espalda y oyó los pasos del agresor alejándose. Estaba cada vez peor. Intentó avanzar por el muelle para pedir ayuda, pero sabía que no había nadie cerca y estaba cada vez más débil. Además había errado la dirección, a oscuras como estaba, y desorientado por completo. Su cuerpo cayó. Su cuerpo....calló.

22 comentarios:

pietrapómez dijo...

Germánico, fantástico relato! No deja de sorprenderme tu versatilidad. El pobre tipo es un desgraciado al que le viene a suceder todo el mismo día...pobre Pedro!

Germánico dijo...

A su optimismo correspondió el mundo con implacable y cruel indiferencia.

Antes de aquel día todo era "normal" en su vida.

pietrapómez dijo...

¿Por qué será verdad aquello que decían la abuelas de "las desgracias nunca vienen solas"?
Es cierto que, en algunos momentos parece que se conjuraran los astros para torcer el camino

Carlos Paredes Leví dijo...

Hay días en que es mejor no haberse levantado....
Excelente, Germánico.

Ijon Tichy dijo...

Para seguir con las sentencias: "No hay situación desesperada que no sea susceptible de empeorar".

Buen relato. Muy lograda la descripción de la situación angustiosa y las cavilaciones del pobre tipo sin saber la que se le viene encima.

Germánico dijo...

Lo malo de esos días que mencionas, Carlos, es que aunque son solo unos pocos, pueden ser todos. Así que nos levantamos todas las mañanas y salimos al mundo, con la incertidumbre fundamental sobre cómo estaremos al final del día pero creyendo (y queriendo creer) que se desarrollará de acuerdo a nuestras expectativas más bien conservadoras y optimistas.

Eso de que las desgracias vayan en grupo es algo habitual, Pietra. Sean los astros, los dioses o el puro azar esas confluencias siniestras se dan.

Procuro poner a los personajes de los pocos relatos que escribo en situaciones que hagan que el lector se plantee el poder del azar y la contingencia en nuestras vidas, Ijon. Sobre la sentencia que dices menciono otra de Nietzsche: “el momento en el que uno más peligra de ser atropellado es justo cuando acaba de escapar a un atropello”. Aunque en el caso de mi personaje tu sentencia es certera, pues salió de un atropello por una bicicleta maltrecho para ir a dar bajo las ruedas de un camión.

Anónimo dijo...

Magnífico.
De acuerdo con que las desgracias nunca vienen solas. Yo tengo la teoría de que la suerte es cíclica (como la economía), y si estás cuesta abajo, no te preocupes que seguirás cayendo hasta el punto de inflexión. Lo malo es que al pobre Pedro se le acabaron en él las gráficas.

Carlos Paredes Leví dijo...

Sí, Mavi, la suerte va por rachas, lo malo es que nunca duran.

Germánico dijo...

Ay, pero la cuesta abajo siempre es más fácil....uno se desliza hacia la ruina y la fatalidad sin apenas resistencia. De hecho vivir es luchar contra la corriente que va hacia la catarata.

Juan Pablo dijo...

No conocía esta faceta tuya amigo. Me gustó mucho y me deslumbró el final. Tenés otras cosas escritas? o es la primera vez?

Lebeche dijo...

¿A qué desintoxica, hermánico?

Me gusta que dejes volar nuevamente tu gran imaginación y volver a disfrutar nuevamente de una de tus narraciones de ficción. Tienes talento para la escritura y, creo, que escribir este tipo de "cositas" puede venirte bien para desengrasar un poco las neuronas que las tienes sobre explotadas.
Como nuestro querido Berni que despues de una inmensa comilona y tras desabrocharse el cinto y los dos primeros botones del vaquero, se coloca semirecostado sobre la silla y siempre dice: "Ahora una ensaladita pa desengrasar"
Un abrazo

Juan Pablo dijo...

jajaj Lebeche, aquí en Arg sería, primero se desabrocha el pantalón, despés los botones y después la comilona!.
¿O no, Carlos?

Lebeche dijo...

Juanpa. Sin duda sois más precavidos o, simplemente, más realistas por esas tierras de dios.

Carlos Paredes Leví dijo...

Tiene usted más razón que un santo, amigo Juan Pablo.

Germánico:
¿No habrás visto por casualidad a Miguel Sebastián..? jajajaja
El lumbreras que quiere poner playa en Madrid y un servicio de Messenger para chatear con los vecinos...
Ah, en su local de campaña, aledaño a la Pza. Mayor, aparece un cartel de "Local Disponible".

Germánico dijo...

Juan Pablo,
Escribí alguna otra cosa hace tiempo, y un par de relatos cortos (o tres) en los principios de este blog. De vez en cuando, como dice Lebeche, desintoxica. Aunque creo que es más exacto decir que relaja (las neuronas sobre explotadas). Es como desabrocharse el cráneo.
¿Qué le pasa a Sebastián?. Yo he visto a su hermano, que es vecino de mi padre. Curiosamente Conthe es tío de una cuñada mía. El pobre hombre ha sufrido muchas presiones, amenazas de muerte y demás lindezas por parte de los sus hasta hoy correligionarios, y al final le han hinchado las pelotas.
¿Una playa en Madrid?....ay por Dios, estos sociatas siempre viviendo en utopía mientras hacen de la vida de los ciudadanos un infierno.

Ijon Tichy dijo...

En los carteles sociatas para las primera municipales en Madrid (allá por el 79), que estaban dibujados en plan naif, aparecía incluso el mar y un puerto.

Por cierto que hoy en la comida me ha sorprendido constatar que la gente, en general, desconoce que Sebasquién fue despedido por inútil del BBVA. Sí, en efecto, despedido por el mismo Francisco González de quien circulaban dossieres por la CNMV y la oficina de la guardia pretoriana económica zapateril, sin duda no elaborados ni propiciados por Sebasquién.

Amos anda.

Germánico dijo...

Ayer Sebastián parecía una mezcla de robot mal programado y populista barato en el debate de candidatos a la Alcaldía que hicieron en Telemadrid. Gallardón le dio un repasito.

Germánico dijo...

Amos, una manita de ostias dialécticas y de humillaciones sutiles que le dejaron pal arrastre.....

Ijon Tichy dijo...

Yo vi parcialmente alguna intervención y desde luego, Sebasquién estuvo penoso no ya en el fondo, lo que era de esperar, sino en la forma. Si hasta tartamudeó en algún momento!

Germánico dijo...

No sé si lo verías, pero para mi uno de los momentos cumbre fue cuando Sebasquién se dirigió a Gallardón con dos recibos del IBI en la mano (uno de antes y otro de después de la subida) y Gallardón le mandó a entregárselo al presentador. El otro, cual pardillo, obedeció y se dió un laaaaargo paseo por el plató.

Patético.

Ijon Tichy dijo...

Jaja, eso no lo vi.

A algunos les puede la sumisión...

Germánico dijo...

Solo le faltó ponerle banderillas mientras se alejaba....o darle una colleja.