jueves, enero 25, 2007

Antisistema

Confieso que los nacionalistas me producen urticaria. Esta reacción no es muy racional, pero se debe, paradójicamente, a la irracionalidad que estos exhiben, que es inherente a su credo, que está en la base de sus actividades, sus ideas y su moral. El principio de acción-reacción conductista se produce con perfecto orden, de una forma casi racional, y desde luego regular, y por tanto convertible en ley por una razón externa. Su acción irracional me provoca una reacción irracional de rechazo, fundamentada en una percepción racional de la incongruencia e inconsistencia de la misma.

La RAE dice lo siguiente sobre "Sistema":

1) Conjunto de reglas o principios sobre una materia enlazados entre sí.

2) Conjunto de cosas que ordenadamente relacionadas entre sí contribuyen a determinado objeto.

Tratándose de una definición de la Real Academia de la Lengua Española es posible que no tenga demasiado interés para un nacionalista catalán, o incluso que le produzca su correspondiente urticaria, especialmente uno que se declara antisistema. Porque la lengua española es su principal enemigo cultural, lo académico su principal enemigo educativo, y lo Real su principal enemigo político (tanto en su acepción regia como en la relativa a la realidad, contraria esta última, por la tenaz fuerza de sus "hechos", al irrealismo utópico absurdo que se corresponde con la arbitrariedad semántica propia de su incoherencia lógica).

Pero ¿qué es un antisistema, realmente?. ¿Es alguien que está contra todo conjunto de reglas o principios sobre cualquier materia que estén enlazados entre sí?.....¿o acaso es quien se opone a todo conjunto de cosas que ordenadamente relacionadas entre sí contribuyan a determinado objeto?......NO, no seamos ingenuos. No es una cuestión de Teoría de Conjuntos que deba resolverse por un Cantor. La cosa es mucho más sencilla y cualquier ciudadano de a pie puede entenderla y, a su sencilla manera, explicarla de forma que otros la entiendan. Un antisistema es quien se opone a la sociedad tal como está constituida, fundamentalmente porque la considera tremendamente injusta y cree que debe reestructurarse de raíz.....(de raíz, de raíz.....un antisistema ¡Es un Radical!). Pero siendo esta definición muy sencilla es demasiado general. El prefijo "anti" nos da la pista que nos encamina por el camino de la concreción: el antisistema no propone nada, no aporta ningún plan de acción encaminado a ningún fin, es "anti" no "pro", y desde luego no sabe lo que es no ser ni "anti" ni "pro". Es también antisistema en un sentido esencial, en el que en un principio nos parecía ilógico (aunque no podía ser de otra forma): se niega a aceptar, de boquilla, reglas o principios enlazados entre sí, conjuntos de cosas que ordenadamente relacionados entre sí contribuyan a determinado objeto. Es, por tanto, un irracionalista genuino. Por supuesto sigue reglas y algunos principios básicos: como mínimo los que su sabia biología lleva impresa en los genes (y que no surgió por las demandas de las complejas sociedades de hoy).

Destruir, esa es su función. Remover, trastornar, trastocar, derruir, socavar, criticar negativamente, eliminar, protestar, gritar, destrozar....en definitiva, hacer uso de la violencia, explícita o disfrazada. Son peones sembradores del caos al servicio de un planificador que sí tiene un sistema, que sigue las reglas de un ajedrez siniestro con las piezas negras del mal. ¿Qué otra cosa podrían hacer ese conjunto de iletrados drogatas que se cuelan en casa ajena para cerdear sin restricciones?.

Una politicucha nacionalista izquierdosa se declara antisistema por pura demagogia, desde lo alto de su pedestal en el "sistema" político, este sí un auténtico sistema de toma y conservación de poder, contra el que todo "anti" es insuficiente. Nunca hubo peor demagogia, ni más original: en sus orígenes griegos la demagogia la usaron los tiranos en Atenas con la hez del pueblo para acabar con la aristocracia (gobierno de los mejores, entonces, no se confunda con la moderna, decadente y parasitaria clase de ese mismo nombre).

En el fondo lo que nos dice esta tipeja infecta es que odia el capitalismo, la propiedad privada y la libertad. Ciertamente el "orden espontáneo" Hayeckiano es un "sistema", pero muy particular. Se caracteriza por la ausencia de un único centro organizador y decisor. A los liberticidas lo que les duele es que no contribuya a alcanzar ningún objetivo previamente establecido. Así, sus fines espurios, el deseo de vivir a costa de los demás (bien en sus casas okupando, bien con tributos y otras exacciones) se chocan contra la penosamente conquistable voluntariedad ajena.

Pescan mejor en aguas turbias. Pescan mejor en el caos de un Estado de Derecho distorsionado por arbitrariedades basadas en demagogias.

10 comentarios:

Ijon Tichy dijo...

Alguien de CiU, con evidente buen tino, ha advertido que esta señora es la creadora de una nueva categoría, la de "antisistema con coche oficial".

Germánico dijo...

A ver si va a ser como la carroza de Cenicienta y descubre al final del trayecto que va montada en una wawa cubana tirada por cuatro ratas y conducida por un punky okupa....

Claro que esto no es un cuento, y esa mujer no es Cenicienta.

Carlos Paredes Leví dijo...

Sentenció, el gran Cioran, que los tiempos venidores serán de los pueblos sin historia (refiriéndose, lógicamente, a los nacionalismos).

Germánico dijo...

Si es así voy a empezar a creer en el apocalipsis....

Joan dijo...

Buenas...pasaba por aquí y me he parado a leer tu entrada. Brillante por la exposición...pero me gustaría hacerte alguna observación en cuanto al contenido. Estoy de acuerdo contigo en que la RAE todavía no ha tocado el tema del término antisistema, por lo que no nos será en absoluto útil. Antisistema es mucho más de lo que has expuesto, es, para empezar, un movimiento social real organizado. ¿fruto de qué? como respuesta a un sistema establecido que ha demostrado sobradamente aniquilar derechos y libertades, que nos sitúa a la sociedad actual en una posición a expensas de las reglas macroeconómicas impuestas por las grandes empresas transnacionales, o lo que es lo mismo, encadenados al neoliberalismo más salvaje. Sí, sí, el cuento del consumismo, que nadie se cree. Este sistema del que todos estamos muy orgullosos porque vivimos en un país "desarrollado", es el que se ha venido a denominar nuevo orden mundial, y es el mismo sistema que compra recursos naturales y energéticos a África a cambio de armas para que se maten entre ellos, es el sistema que obliga al agricultor a hacer cultivo extensivo y cultivo de transgénicos a cuatro céntimos de euro, es el sistema que invade países para comercializar su petróleo, el sistema que favorece la xenofobia y el odio al terrorista=musulmán, el sistema que decide cuánto vamos a pagar de hipoteca porque lo decide el banco del sistema (Banco Mundial-FMI)...sigo?
En cualquier caso es una pena que salgan determinad@s políticos a enarbolar banderas que en su vida besarían, básicamente porque hoy ya no se hace política, sino economía, por tanto los políticos no mandan, sino que son los grandes capitales mundiales quienes toman las decisiones. Te haré una corrección más, los antisistema-antiglobalización o como quieras llamarlos sí que tienen un futuro en mente, sí que son "pros" y sí que trabajan por lo que viene a denominarse "otro mundo es posible". Son innumerables los autores, tanto en la escena universitaria, política (pocos y desahuciados), economistas (o mejor, microeconomistas) y actores sociales en general que han escrito ríos de tinta diseñando otro planeta muy distinto al actual, con los pies en el suelo, con proyectos de agricultura sostenible, proyectos serios de eficiencia energética y desarrollo local. ¿llena ésto las arcas de los principales capitales? pues no, así que no esperes que te enseñen nada de esto, vas a tener que irlo a buscar, porque la imagen que le viene muy bien al nuevo orden es que todo aquel que no bendiga las bondades del neoliberalismo es un salvaje, violento, alborotador, destructor...
El movimiento antiglobalización propone un nuevo entorno donde nuestra descendencia no tenga que reprocharnos el no haber hecho nada por evitar un desastre provocado por la voluntad del 10% del planeta que maneja el 90% de la riqueza del mundo. No os engañeis, nada es como nos lo explican, pero resulta muy fácil engañarnos cuando nos lo ofrecen todo.
Un saludo.

Germánico dijo...

Hola Joan,
También tú expones brillantemente, y tocas muchos temas relacionados entre sí desde una perspectiva muy concreta. Es precisamente a esa perspectiva a la que me voy a referir.
Un amigo mío habla de la teoría de la atribución. No es un descubrimiento suyo, ya viene siendo estudiada desde hace décadas por la psicología social. Se trata de a quien hacemos responsable de nuestra situación y de la situación del mundo. Nuestra tendencia innata a dividir el mundo en grupos contrapuestos puede muy fácilmente derivar en la creencia de que hay una conspiración perversa de una elite privilegiada para dominar el mundo. Sobre este cimiento emocional se pueden construir elevados edificios intelectuales; a partir de este núcleo pueden surgir complejas, intrincadas y alambicadas redes de pensamiento, pero la conexión con la realidad seguirá siendo tangencial (se hará tangente en un punto y se perderá uno en el infinito).

Cuando hablas de derechos y libertades es obvio que hablas de algo completamente distinto a lo que yo entiendo por tales. Como decía Voltaire: “si quieres disputar conmigo, primero define tus conceptos”. Tendríamos que ir al fundamento mismo de nuestro discurso para poder dialogar sosegadamente, porque si yo te suelto ahora un discurso liberal (o, como tú denominarías: neoliberal) no vamos a llegar a puerto alguno, y puede que nos enfademos el uno con el otro y pensemos que es un payaso y un gilipollas. Tú serás de un grupo, yo de otro, y la cosa seguirá esa dialéctica de enfrentamiento.
Es cierto que la RAE no contiene el término antisistema, por ello me permití un intento –si bien incompleto, como señalas- de definirlo. Sin embargo tu definición conlleva un montón de presupuesto que me son extraños.
Siguiendo por qué entendemos por cada concepto, me gustaría que me aclarases la naturaleza del “sistema establecido” así como la del “movimiento social real organizado” que le hace frente. Si contrasto estas abstracciones con mi realidad, o con la realidad más amplia que conozco y/o deduzco, veo más un orden espontáneo surgido de la interacción de múltiples agentes (individuos y organizaciones) como consumidores, trabajadores, empresarios, políticos….y ese orden espontáneo lo veo tanto en ese “movimiento social real organizado” como en el “sistema establecido”. Si estuviera en lo cierto no tendría sentido rebelarse contra ningún “sistema establecido” dirigido por oscuros poderes económicos en la sombra, pues el poder estaría distribuido y el resultado total (mercado, sociedad, estado, grupos de presión..) sería la propiedad emergente de múltiples interacciones individuales persiguiendo intereses individuales.
Se me puede objetar que quienes forman un grupo para representar a la colectividad (esa entelequia) lo que hacen es contrario a la idea de orden espontáneo. Sin embargo su proceder no lo es, pues nadie les coarta la libertad para organizarse como quieran. Ellos, cada uno de ellos, por sus razones personales, individuales, quizá por su particular teoría de la atribución, se unen y cohesionan para formar un grupo, un “movimiento social real organizado”, que a diferencia de la “colectividad” no es una entelequia. Ese movimiento pretende imponer sus ideas al resto de la sociedad, vista esta como un conjunto de borregos bobos, que no se dan cuenta de lo que pasa, y unos pocos pastores perversos que llevan al rebaño al acantilado para arrojarlo por él. Al final, para hacer prevalecer sus ideas, el movimiento tendrá que recurrir a la política, a la ley, a la coacción, a la arbitrariedad. Todas las utopías acaban en totalitarismos. Solo es cuestión de tiempo, y de poder.
Por eso desconfío de la antiglobalización. No promueven valores positivos, ni siquiera ecológicos. El fondo de esta ideología es la crítica, igual que sucedió con la de Marx. Y la crítica deriva de la falsa atribución y se articula en una dialéctica con buenos, tontos y malos. Los buenos, con su buenismo, nos salvarán a todos….a nuestra costa. Pero yo prefiero vivir en una sociedad impersonal, de orden espontáneo, libre, sin coacción por parte de nadie contra nadie.
Hablas de reglas macroeconómicas impuestas por multinacionales. Al final es el poder público el que establece el marco macro. Pero en última instancia es la dinámica micro la que hace posible que las cosas funcionen, y esta dinámica surge del pueblo, de la gente, de todos y cada uno de nosotros.
En fin, son muchos los presupuestos de tu discurso y no tanto mi tiempo para abordar cada aspecto concreto del mismo, así que resumiré.
Reducir el comercio con África al intercambio de armas por recursos energéticos es simplificar bastante. El problema estriba, creo yo, en las barreras al libre comercio impuestas por los estados “desarrollados”. Esto no se debe al mercado sino al Estado y a los grupos de presión de productores ineficientes que están detrás (ese sí es un poder en la sombra).
Los transgénicos los presupones malos. Podemos hablar de genética, de eso algo sé (no mucho, pero sí suficiente para saber que los transgénicos son buenos).
El petróleo ha venido estando monopolizado por cárteles que fijaban los precios –políticos, obviamente. Ejemplo la OPEP.
El terrorismo no se puede identificar al mundo musulmán, no se puede establecer una igualdad. Si bien es cierto que los estereotipos siempre responden a alguna realidad. Cuando el río suena agua lleva. Así, la violencia del Islam, que se cimenta en el credo mismo y se articula en las costumbres arcaicas y discriminadoras de esta religión/cultura, es un problema endémico del mundo musulmán del que nosotros no tenemos culpa alguna. Otra cosa es que determinadas circunstancias hayan hecho que esta se exacerbe.

Nuestra hipoteca no la deciden cuatro gatos con mucho poder, la decide el mercado. Si mucha gente quiere casas y hay pocas casas dime tú que precio han de tener estas. Igual con los créditos.
Por último: a mi me gustaría creer que son pocos los antiglobalización representados en la escena universitaria y política. Pero la realidad es bien distinta. Si buscas liberales, liberales de verdad y no payasos disfrazados de tales (como la payasa esa que enarbola la bandera de antisistema y no lo es) en universidades y en política encontrarás pocos, poquísimos.
Estoy de acuerdo contigo en el último punto: “resulta muy fácil engañarnos cuando nos lo ofrecen todo”.

Un saludo.

Joan dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Joan dijo...

Buenas...
Bien, tomaré tu cita de Voltaire como una invitación al diálogo sosegado, aunque este intercambio de, digamos ideas, tenga su vida limitada (y así debe ser) y sujeta siempre a la voluntad de cualquiera de las partes. Te leo sorprendido ante los conceptos que ves como entelequias, sobretodo deduzco su sorpresa cuando atribuyo la característica de "organizado" al movimiento antisistema, ya que no creo que tengas dudas para entender los conceptos "movimiento", "social" y "real" en el tema que nos ocupa, otra cosa es que lo compartas o te lo creas, que ni una cosa ni la otra, lógico. Como lógico es que te falten algunos datos para poder tener un juicio más adaptado a la realidad, ya que no podemos pretender saber todo de todo, por supuesto.
Desde el punto de vista mediático, podemos datar el nacimiento de la antiglobalización (o antimundialización neoliberal, concepto acuñado por J. Seoane, que quizá te parezca más específico, incluso riguroso) en Seattle, a raiz de la reunión de la Organización Mundial del Comercio. Miles de estudiantes, ecologistas, feministas, agricultores, indígenas, además de organizaciones sindicales y múltiples organizaciones no gubernamentales fueron los causantes de la clausura de la cumbre en los términos que publicó en Diciembre de 1999 el Seattle Times "Colapsan las conversaciones. La reunión termina." ¿Puede una marcha de 50.000 personas de más de 30 países y más de 600 ONGs producirse por generación expontánea?, si me permites el término. Hombre, por poder, puede, pero no, no fue así, ya que la incipiente organización que aglutinará a toda esta masa social heterogénea (y que tus deducciones ya apuntaban) viene de los encuentros en Chiapas organizados por el EZLN y donde 3000 personas de más de 40 países empezaron a diseñar una "queja internacional" contra la mundialización neoliberal, hecha papel y sarcasmo en la forma del tratado de libre comercio del NAFTA (que años después sería el ALCA y así sucesivamente...). Éste es el sistema establecido que tanto te extraña, con el que comulgas fervientemente según desgrano en tus palabras.
Desde Chiapas, pasando por Seattle y llegando al Foro Social Mundial, este tejido social heterogéneo, de agrupaciones y organizaciones independientes encontró los puntos en común para movilizarse en busca de una fractura, que a mi modo de ver es la fractura política-economía, que rompe el enlace entre el capital (privado, ya me entiendes) y el poder público y aboga por una valentía política que abandone la hegemonía neoliberal y adopte ipso facto políticas de desarrollo sostenible y justicia social (al menos estaremos de acuerdo en la carta internacional de los DDHH, digo yo). Todo esta organización de la que te hablo quedó demostrada en el Foro Social Mundial en Brasil del 2001. Sólo te daré un apunte, varios delegados de todo el mundo se sentaron en teleconferencia con el ex jefe del Banco Mundial, el ex consejero de Kofi Anan, el jefe de comunicación de la corporación transnacional ABB y el Sr. Soros, un especulador financiero. Acabó como el rosario de la aurora y no hubieron en absoluto puntos de encuentro, pero...¿crees que todo esto se daría si tuvieramos un movimiento social ficticio y desorganizado? Si fuera así, ¿por qué preocuparse? Por el contrario, la preocupación fue en aumento, dando lugar a la fase de criminalización, porque como bien sabes hay más criminalizados que criminales, y además en absolutamente todas las escenas sociales. La Cámara de Comercio Internacional se apresuró en declarar "la emergencia de grupos de activistas amenaza con debilitar el orden público, las instituciones legales y el proceso democrático. Es necesario establecer reglas para clarificar la legitimidad de estas organizaciones no gubernamentales activistas que proclaman representar los intereses de amplios sectores de la sociedad civil". Y así ha sido desde entonces, estopa, bolas de goma y pimienta para todos.
Obviamente puedes ejercer tu derecho a quedarte con el prejuicio del antisistema que vende el neoliberal, como yo me quedo con la estampa del neoliberal que ven mis ojos antiglobalizados, pero la heterogeneidad de la que hablaba obliga a respetar la autonomía e independencia de cada indivíduo y organización que suscribe un manifiesto altermundista, de la misma manera que yo pueda ejercer la lucha bajo los patrones de la revolución no violenta, otro puede buscar el mismo fin con una violencia gratuita, por no hablar de los elementos de distracción y sesgo que crean las imágenes de primera plana y la camisa con la que los medios visten a este movimiento. En cualquier caso, considero arriesgado minimizar la realidad de la que te hablo, arriesgado para la propia psique, que se la come la rabia cada vez que tuvo una "falta de previsión".
Bueno, yo también tengo que realizar una gestión feroz de mi tiempo, así que lo dejamos aquí, de momento o permanentemente según lo creas.
Un saludo

Germánico dijo...

Cuando hablo de un orden espontáneo no me refiero a sucesos que acaecen por generación espontánea, sino a lo que tú mismo señalas: miles de estudiantes, ecologistas, feministas….etc que se organizan sin que haya (supuestamente) un director de orquesta que los ponga de acuerdo a todos. No es exactamente como el orden espontáneo del que hablaba Hayek (que incidía más en los individuos que en los grupos y en el mercado que en la política) pero bueno, he usado su expresión un tanto libremente para ilustrar una idea: todas esas personas tienen intereses diversos, miles de motivos de disputa entre ellos, pero un único interés común: atacar al mercado. Si, es un “movimiento social real organizado”, pero a las mínimas de cambio se puede disolver en sus partes constituyentes porque cada uno va a lo que va. Así que ese otro mundo posible que proponen es, a mi parecer, una moderna forma de utopía.

Conozco, desde luego, muchas cosas del movimiento antiglobalización, de su historia y sus foros, las suficientes para saber que su única coherencia interna es negativa, es la negación de un enemigo, el ataque a ese enemigo, que no es más que un hombre de paja: el capitalismo neoliberal mundializador. Es un hombre de paja por muchísimos motivos, pero uno de ellos, muy sencillo, es que gran parte de los males que se denuncian como provocados por este han sido y está siendo provocados por Estados, por políticos, y no por el mercado, que no es más que un agregado de consumidores en interacción libre y voluntaria con un agregado de productores, siendo el liberal no más que quien quiere que los políticos no interfieran en los mercados distorsionando los precios. Como el movimiento antiglobalización es un movimiento político, propone cambios políticos, y nos va a llevar, si prospera, por dónde lleva la excesiva politización de las cosas.....a los excesos del siglo XX.

Yo seguiré con la idea de antisistema que hasta ahora he tenido porque se corresponde con mi particular manera de juzgar las cosas y con las manifiestaciones sociales que ha tenido este “movimiento” hasta la fecha, único referente válido para juzgarlo. Si en algún momento me llega algún dato nuevo que no encaje con mi cuerpo de ideas quizá proceda a hacer reformas.

Un saludo.

Menapolis dijo...
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