miércoles, junio 06, 2007

El progre que llevamos dentro

Frans de Waal es uno de los primatólogos más conocidos y reconocidos del mundo. Como tal divulga su sapiencia acerca de nuestros parientes primates y la pone en relación con nosotros. La ciencia poco a poco va perfilando nuestros parecidos y diferencias con los miembros de nuestra "familia extensa".

Que somos miembros de la familia de los primates es algo que pocos pueden discutir, al menos científicamente. Todos llevamos un mono dentro, como sugiere de Waal en "El mono que llevamos dentro", la obra suya que ahora leo.

Después de exponer amenamente cómo los chimpancés practican su política sangrienta y los bonobos se montan (o lo bien que se lo montan), de Waal nos dice que no nos tenemos que ver reflejados totalmente ni en unos ni en otros, aunque sí debamos mirarnos en su espejo y extraer conclusiones. No puede ocultar que los bonobos le parecen un adecuado referente, con sus coitos sociales indiscriminados e interminables y su plena receptividad y disposición para el acto amoroso en todas sus formas y maneras. Es posible que le recuerden a los hippies de los 60 con su "hacer el amor y no la guerra", y no sabría decir si incluso llega a citar esta frase archiconocida y archirepetida. El tópico no es cierto, al menos como presupuesto moral, aunque esté probado que la oxitocina reduce la agresividad en ciertos momentos y circunstancias muy concretas, en cada individuo.

El caso es que de Waal no puede contener no al mono, que se da por supuesto, sino al progre que lleva dentro. Así, en la página 41 de su interesante libro, dice algo sumamente ilustrativo, no tanto en sí mismo por lo que refleja del autor. Transcribo:

El bonobo es el antropoide perfecto para los tiempos que corren. Las actitudes han cambiado mucho desde que Margaret Thatcher postulara su estridente individualismo. "No hay eso que llaman sociedad", proclamó, "hay hombres y mujeres individuales, y hay familias". El comentario de Thatcher quizá se inspirara en las ideas evolucionistas de su tiempo, o viceversa. En cualquier caso, veinte años más tarde, cuando grandes escándalos financieros han dado el pinchazo final al globo inflado de la Bolsa, el individualismo puro y simple ya no suena con tanta vehemencia. En la era posterior a Enron, la gente ha vuelto a darse cuenta –como si nunca lo hubiera sabido- de que el capitalismo inmoderado rara vez revela lo mejor de las personas. El "evangelio de la codicia" de Reagan y Thatcher se agrió. Hasta Alan Greenspan, presidente de la Reserva Federal y profeta del capitalismo, dejó caer que quizás sería bueno pisar el freno. Como explicó ante una comisión del Senado Estadounidense en el año 2002: "no es que las personas se hayan vuelto más codiciosas que en las generaciones pasadas. Lo que ocurre es que las vías para expresar la codicia han aumentado enormemente. Ay, y quizá los recursos, Alan, Franz.

El salto que pega no lo da ni un mono ni tarzán con su liana. Es un salto lógico insostenible, del que sólo puede resultar una estrepitosa caída al vacío. O sea que resulta que los bonobos nos van a enseñar a nosotros cómo debemos organizar la sociedad, que, por supuesto, es una entidad con una naturaleza propia y pese a ello susceptible de organización desde los individuos, pero donde el individualismo no juega más que un papel negativo. Sencillamente inverosímil.

Pero profundicemos su error, que es grave viniendo de alguien que estudia precisamente la naturaleza humana (aunque sea por comparación etológica con los parientes cercanos). Las comunidades de bonobos son reducidas, no están formadas por miles y menos aún por millones de miembros. Apenas hacen uso de herramientas, por lo que ni imaginan lo que podría ser la tecnología. Han surgido en un entorno de abundancia relativa, si se compara con el que tienen los chimpancés o aquel en el que tuvieron que sobrevivir nuestros ancestros (en el que eran más presas que depredadores). Digamos que los bonobos se han podido permitir el lujo de.....¡ser bonobos!. Su evolución refleja sus circunstancias ambientales pasadas, como era de esperar. Si lo hubieran pasado un poquito peor y pese a todo siguieran aquí, quizá se pareciesen un poco más a nosotros, o quizá nosotros no estuviéramos.

¿Qué es lo que ha cambiado, además, tan sustancialmente desde los tiempos de Thatcher en el concepto de evolución, como para suscitar cambios en la actitud ante la vida de la gente y el modo de "organizar" la sociedad?. Nada, realmente. ¿Qué se sabe más de microbiología, de ecología, de primatología?: ¿en qué afecta eso a nuestra percepción del mundo y nuestra naturaleza, o, aún más allá, a nuestra propia naturaleza?. ¿Es que acaso saber que los bonobos follan y no matan, haber descubierto eso, va, por osmósis, a cambiarnos a nosotros?. Chorradas. ¿Y qué ha cambiado en la sociedad, si saberse puede, para que se de la "viceversa" que haría cambiar las ideas evolucionistas?.

Por otro lado puede que Thatcher tenga un conocimiento profundo de la teoría de su compatriota Darwin, pues es química y de ciencia sabe lo suyo, pero no sé hasta que punto el liberalismo individualista de Ronald Reagan podría inspirarse en el "darwinismo social", suponiendo que en su faceta individual era más bien evangélico (siempre según el catecismo progre), con lo de creacionista y antievolucionista que esto pudiera llevar implícito. Asimismo Thatcher ha sido una madre de familia ejemplar, que crió sola a sus hijos, antes de ser Primera Ministra, con lo que sabe muy bien lo que es una familia y está perfectamente legitimada para hablar de lo que esta representa dentro de la sociedad, o de la ficción de esta.

De cualquier forma que se mire no se puede decir que el liberalismo tenga su cimiento en el darwinismo, y supongo que esto de Waal no lo sabe porque, pese a sus conocimientos más que demostrados de primates, no es ni remotamente un entendido o siquiera un iniciado de las ideas liberales, por lo que muestra. El hecho de que la teoría evolutiva haya reforzado determinados postulados liberales no significa que el cuerpo de ideas liberal no tuviera suficiente consistencia ya antes de que la idea de evolución orgánica se hiciera explícita y circulara por el mundo. No creo que la Escuela de Salamanca conociera al todavía nonato inglés (quizá si Nostradamus). Y para colmo fue Spencer, ese liberal, antes que Darwin siquiera hubiera publicado su obra, el que introdujo la evolución en el liberalismo. ¿Qué cómo?.....las ideas flotaban en el ambiente, y si no que se lo digan a Wallace, o al abuelo de Darwin, por remontarnos atrás en la evolución de la idea de evolución. Lo que sucedió es que Darwin desarrolló perfectamente la idea y la apoyó en innumerables argumentos y ejemplos de la naturaleza.

La cuestión de los recursos escasos que inspiró en parte la teoría evolutiva (junto con la geología de Lyell), fue suscitada por el economista Malthus. Y es que la disponibilidad relativa de recursos explica mucho mejor la evolución de las especies y de los usos sociales que el comportamiento de animales cuyo parecido con nosotros se debe a un antepasado común no muy alejado.

Escuchemos (leamos) a otro científico, este neurólogo, Nolasc Acarín Tussel, en "El cerebro del Rey":

La preservación de la vida o el acceso al alimento no tenían (¡ni tienen!) el mismo significado según se aplicaran a los próximos o a los extranjeros. Durante siglos las ciudades se protegieron con murallas para preservarse a sí mismas en contra de los otros (léase de la codicia de los otros). Sólo cuando aumentan los recursos cambia esa tendencia y se favorece tanto a los "nuestros" como a los "otros". Contrariamente, en tiempos de escasez hay una tendencia a disminuir incluso los favores a los "nuestros", para centrarnos en la familia directa o en uno mismo. En algunos países con penuria económica, no es infrecuente que los padres recurran al infanticidio, especialmente de las niñas, para evitarse mayores cargas económicas. Diríase que las actitudes egoístas se exacerban en situación de penuria y desorden (contrariamente a lo que sugiere de Waal), mientras que cuando existe cierto orden social y abundan los recursos, la solidaridad es más amplia, trasciende las fronteras de la comunidad e incluso puede traspasar las de la especie para tornarnos más cooperativos y respetuosos no sólo con los humanos sino también con los otros animales e incluso con el entorno medioambiental. Hay un ejemplo sencillo: cuando nuestra salud decae y enfermamos o nos sentimos desgraciados, nos volvemos más egoístas, pensamos primordialmente en nosotros y en nuestras precariedades, los demás nos importan mucho menos. Los recursos de salud son tan importantes como los económicos.....

La simpatía o beneficencia es el impulso que nos lleva a hacer el bien a los demás sin pretender nada a cambio. La vida en comunidad es posible, en primer lugar, por la capacidad altruista que está en el origen de la cooperación; en segundo lugar, porque la moralidad facilita la aceptación de reglas de convivencia , y en tercer lugar, porque la existencia de líneas de simpatía entre individuos que tienden a la consecución de una comunidad armónica y feliz, es una tendencia universal en todos los grupos humanos, siempre y cuando existan los recursos necesarios para la subsistencia
.

Los recursos son necesarios para la armonía social, como dice Tussell. ¿Y cual es el "sistema" social que permite una mayor generación de recursos, llevando por tanto a una mayor paz entre los hombres de buena voluntad?. La respuesta a esta pregunta no es unánime, aunque no es la unanimidad el criterio de la verdad. Yo creo que es el liberalismo, y por tanto creo que en la medida en que existan trabas a la libertad por parte de los poderes y robo por parte de los privilegiados (esto es, los que viven de los demás sin dar nada a cambio, los parásitos, que suelen confundirse con los poderes, pero los políticos), habrá menos recursos, y menos paz. Y a la inversa. Siempre he defendido que hay un número crítico de parásitos que cada sociedad puede soportar antes de entrar en el colapso de un conflicto civil. Desconozco cual es ese número, pero tengo la certeza de que el reconocimiento de los individuos y las familias frente a los derechos de colectivos y las obligaciones comunitarias aumenta la responsabilidad de las personas, su capacidad de trabajo y de crear cosas nuevas y mejores. Así que creo que llamar estridente a Thatcher por decir una verdad de tal calado es una estridencia, y es atentar dialécticamente (con el poder de la palabra, especialmente la de la sacralizada ciencia) contra la posibilidad de desarrollar un bienestar humano, humanamente posible, en nombre del paraíso perdido y jamás alcanzable de los bonobos.

Francamente, no sé si Nolan será progre, liberal, conservador, apolítico, centrista, nacionalista, escéptico o qué, mientras leo su libro de divulgación científica, pero es que de eso se trata.

25 comentarios:

Carlos Paredes Leví dijo...

Hay quienes confunden el culo con las témporas (témperas para unos cuantos).
Por otro lado, se me ocurre que si el hombre viene del mono,algunos lo hicieron por un atajo.
Muy bueno, como siempre, maestro.

Carlos Paredes Leví dijo...

Voy a ver si me apunto a un Curso de Progre en CEAC. Me va a venir bien para los tiempos que corren..

Germánico dijo...

Jejejejeje Carlos,

Yo que tú no me apuntaría a ese curso pues, en palabras de un conocido de ambos, incluye en su programa de actividades ser sodomizado por un Senegalés bien dotado.....es parte de la Terapia Bonobizante.

Carlos Paredes Leví dijo...

Se refiere usted a ese individuo comprometido con las libertades que próximamente viajará a Irán y otros países de la zona para dar voz a los oprimidos homosexuales ??

Germánico dijo...

Noooooooo, ese lo diría en Sirio, digo, perdón, en serio. Hablaba de uno que conocemos personalmente tú y yo que me lo dijo un día en coña.

Ijon Tichy dijo...

Como dijeron "Los del río" cuando la farsa del referendum de la constitución europea: "Si lo mandan los que saben...nosotros a obedecer".

Si el partido considera conveniente ampliar el círculo de sus simpatizantes (vamos, que se lo amplie el senegalés), pues a callar y obedecer.

Patéticas las alusiones a Thatcher y Reagan aunando ignorancia y mala fe al más puro estilo Pepiño.

Ilustrador en cambio el recordatorio de la práctica (real) del infanticidio en épocas de extrema penuria. El buen salvaje no existe. El buenismo nace de la abundancia creada por el malvado capitalismo y sin éste no sobreviviría.

Germánico dijo...

A los del Río se les puede disculpar hasta cierto punto, porque a fin de cuentas son personas del “vulgo feliz de serlo”. No tienen filtro entre el cerebro y la boca, y no tienen cerebro, por lo que son solamente una boca que habla (y en ocasiones canta, o da el cante). Pero de Waal es un científico de primer nivel y tendría que hacer el esfuerzo de no filtrar ideas tan peregrinas y fuera de lugar en sus escritos, por otro lado brillantes. Muchos progres que ejercen la ciencia no pueden contener al progre que llevan dentro, y, al no hacerlo, desvirtúan la ciencia, la ensucian, la mancillan.

“El buenismo nace de la abundancia creada por el malvado capitalismo y sin éste no sobreviviría”. Me quedo con esta frase tuya, Ijon, porque, en efecto, es lo que se deduce de las palabras del Sr. Acarín. Este no lo dice de esta manera porque divulga ciencia. Aunque podría decirlo sin dejar de hacerlo.....

Quizá el senegalés no nos la endiñe, pero algunos practicantes de ciencia procuran endosarnos sus peculiares puntos de vista no científicos mezclándolos con sus conocimientos sí científicos.

Carlos Paredes Leví dijo...

Los del Río.....yo todavía tengo un trauma con ellos...
Corría Agosto de 1996 y yo estaba acostado en la cama de mi habitación de un hotel de Jerusalén cuando a mis oídos llegaba la machacona "Macarena".
Mucha ciudad santa, mucho capillita y santurrón de todas las religiones pero....de unas terrazas cercanas, esos sonidos me inmunizaban contra la afección que ataca a no pocos visitantes: "el síndrome de Jerusalén", que viene a ser como una hemorragia de religiosidad.

Anoche dejé un par de comentarios en el blog de un mercenario (él dirá que es periodista y puede que se haya licenciado) llamado Hernán Zin. Escribe tantas verdades a medias y manipula tan burdamente a sus lectores (lo que yo leí era sobre Oriente Medio)que resulta descorazonador que tenga tantos adictos. Ni que decir tiene que mis dos comentarios no fueron publicados; ya saben ustedes cómo son los progres.......la tolerancia la tienen únicamente para quienes piensan como ellos.

Germánico dijo...

Esas webs ultraprogres si son “santos lugares”, como les vayas con una verdad que no encaje con su credo, con su dogma, te excomulgan (la versión moderna es ser “baneado”).

Sus argumentos tienen la talla intelectual de la letra de Macarena, es lo que hay.

Dado que no te han publicado ni me molestaré en pasar por allí....

Carlos Paredes Leví dijo...

No, no te pases porque te vas a poner de mala leche ...

Germánico dijo...

Aaaaaah.....me están entrando ganas......¡¡tengo que contenerme!!.....sería una visita más en su contador....¡¡y ya sabes lo que les gusta hacer bulto, aunque el bulto sea inservible o un volumen sin contenido!!!.

Carlos Paredes Leví dijo...

Uno lee lo que ese progre escribe y los comentarios que recibe y se da cuenta, una vez más, de cómo se manipula y cómo la gente no tiene ni puta idea del asunto. La ignorancia del individuo medio parece no alcanzar límites, tanto como su falta de criterio y su abulia ante cualquier acto de esfuerzo mental.
Como señalé en cierta ocasión, la inteligencia va camino de convertirse en una enfermedad social y los inteligentes serán obligados a llevar un ignominioso triángulo amarillo con una I en negro.
Qué tiempos...¡¡

Carlos Paredes Leví dijo...

Una pregunta:
¿qué opinión te merecen Zygmunt Bauman y G. Agamben?

Germánico dijo...

Espero no ser excomulgado por tu parte si te confieso que no les conocía. He hecho una búsqueda en google y parece que se trata de dos tipos de talla.

Carlos Paredes Leví dijo...

Sí, de gran talla. Yo he leído algunas cosas y te los recomiendo.
Por cierto ¿qué es de la vida del ejecutivo-literato Lebeche?.
Te dejo que tengo que salir. Un saludo.

Germánico dijo...

El ejecutivo ha sido ejecutado por su ejecución como literato. Tiene una de curro que no se va a aburrir (y pronostico que tampoco a divertir).

Espero, sin embargo, que resucite al tercer día.....según las “escrituras” para la “escritura”.

Un saludo, Carlos.

Anónimo dijo...

Hay que tener en cuenta que Thatcher tenía a Hayek como intelectual de cabecera. Hayek, a su vez, hacía una interpretación sui generis del evolucionismo, negando que la evolución cultural siguiera una lógica "darwiniana". Tengo pendiente una crítica de The fatal conceit, un libro que me abrió muchas preguntas.

Hasta cierto punto creo que de Waal tiene razón al moderar o cuestionar el "individualismo" liberal. El problema radica también en esa tendencia a instrumentalizar las ciencias de la evolución, en particular la psicología evolutiva, dándole una interpretación radicalmente individualista que ni mucho menos todos los biólogos evolutivos o psicólogos apoyan, y que rebasa los límites de la ciencia para entrar en el terreno de la ideología. Cuando no se sabe separar ciencia e ideología (véase por ejemplo el IJM), el resultado es una especie de monstruo "ciencista" (este sí) muy vulnerable a la crítica.

La comparación con los bonobos no deja de ser una metáfora, típicamente "etologista"; puede que tenga un toque "progre" (recordando a su modo la reivindicación hippy de Samoa por parte de Margaret Mead), pero tampoco hay que exagerar. De hecho, en su libro sobre la moralidad "animal"(Primates y filósofos), de Waal se muestra muy crítico con el movimiento gran simio e incluso obliga a Singer a rectificar parcialmente.

Germánico dijo...

Acepto las matizaciones, Eduardo, y más viniendo de un gran conocedor de este autor y a un tiempo liberal, pero sigo considerando ese extracto que saco de su obra como un exceso y una salida de tono y tema. Aparte de que en ningún momento argumenta al respecto: la estridencia de Thatcher y de su individualismo se presentan como dogma de fe para quien le lea (un dogma de fe de la ciencia, no lo olvidemos, lo cual es un contrasentido demasiado habitual). El liberalismo es muchas veces un hombre de paja de la progresía al que se atribuyen todos los males del individualismo y el egoísmo mal entendidos (entendidos en su lado más radical, egocéntrico y pueril, por tanto mal entendidos como malos) sin tener presentes la naturaleza humana, que, por sus sentimientos morales positivos, es la que verdaderamente haría posible una sociedad liberal (el grado es objeto de discusión, dentro de la cual creo que coincidiríamos bastante) a través de mecanismos naturales tales como la familia, la amistad, la empatía, la simpatía, la solidaridad...Precisamente esos aspectos positivos de la naturaleza humana son los que hay que considerar que son fomentados por una mayor libertad, además y por encima de la “codicia”, la competencia feroz, el interés propio por encima del ajeno....etc etc.

En cuanto a tu fobia con la gente del IJM no la comparto, como ya te dije en tu blog respecto a Capella. Pero deduzco que no tendré nunca argumentos para moderar tu opinión sobre ellos...

Pedro Garrido dijo...

estoy de aucerdo con eduardo. Yo creo que lo que intenta De Waal es desacreditar la teoría del gen egoísta y lo que termina es hablando de ideologías y no de ciencia. Porque todos los comportamientos que muestra en su libro (lo he leído) se pueden explicar perfectamente con la teoría de Dawkins sin tener que recurrir a la bondad o maldad.

Germánico dijo...

Y yo estoy de acuerdo con lo que dices, Brainy.

Lástima que tampoco Dawkins haya podido escapar al poderoso influjo de la ideología en la ciencia. Su actual cruzada contra la religión le ha apartado de lo verdaderamente importante, la ciencia propiamente dicha, aunque haga uso de sus conocimientos y su retórica más científicos para argumentar en un debate que poco tiene (y puede tener, hoy por hoy) de científico.

Germánico dijo...

De todas formas hay que admitir que si lo que hace De Waal es atacar las ideas de Hayek, como sugiere Eduardo, o las de Dawkins, como sugiere Brainy, lo hace de forma un tanto extraña y retorcidamente indirecta, atacando a las personas y las políticas de Thatcher y Reagan y sin mencionar siquiera las palabras o nombres de los primeros.

Memetic Warrior dijo...

La vida en la comunidad científica es muy dura. Las universidades de todo el mundo son clubs de progres con pequeñisimas islas liberales y conservadoras. Es curioso como muchos científicos que han verificado o creado teorías que atentan contra lo establecido por la izquierda son ellos mismo izquierdistas furibundos. Paraba también con Robert Trivers que es extremista de izquierda y fué Pantera Negra (siendo él blanco!!).

Es lógico, cuando recibes boicots, te tiran botes de pintura en medio de una conferencia o te llaman fascista, como ocurre con los que se atreven a mezclar la conducta con algo que tenga que ver con los genes, entonces un guiño ultraizquierdista de vez en cuando puede salvarle a uno el porvenir académico. Yo creo que eso es hasta inconsciente. Digamos que le conviene que nadie dude que él es de los suyos, los que llevan la garrota y manejan los presupuestos del mundo académico. Es puro instinto de superviviencia.

Algún diá tíos como ese tendrá detrás a alguien observandolos tomando notas , como él observa a los monos y ese alguién escribirá un libro que habla de un mono subdominante que es de otra tribu pero que quiere ser de la tribu mas grande y poderosa. Un mono codicioso que quiere tenerlo todo al fin y al cabo.

M. warrior

Memetic Warrior dijo...

Para codiciosos, los sociatas de todas las épocas y lugares. Cuanto mas hablan de solidaridad mas ladrones son

Memetic Warrior dijo...

Hay un instinto, el instinto del ladrón, que se activa cuando está en la situación mas impune. Es similar al deseo que le entra al violador cuando se encuentra con una mujer indefensa. Algunos ladrones no saben que son ladrones, como muchos pederastras no reconocen que son violadores. Unos se dedican a recaudar dinero para causas justas o a adquirir cargos de responsabilidad en activades bienintencionadas con grandes presupuestos estatales pagados por todos, los otros se dedican a llevar niños de excursión al monte. Ambos creen que su vocación es el servir a los demás y alardean profusamente de eso mismo, pero en realidad son delincuentes enfermos que inconscientemente buscan la mejor posición para robar o violar o les gustaría. Del primer grupo son muchos progresistas.

Germánico dijo...

Es posible que ese observador que toma notas tenga su predecesor en ti, Memetic, pues ya “apuntas” las líneas maestras de lo que hay que estudiar en este espécimen humano.
Desde luego el ataque de De Waal a los políticos liberales es, totalmente, una salida de tono. Tendría sentido ese exabrupto fuera de lugar si se explicase en los términos que dices. Quiero decir que ese ataque aparece un poco artificial y superficial en medio de profundas reflexiones escritas con una gran naturalidad.
Los progresistas deben verse desde esa perspectiva que señalas de “deseos insatisfechos”. Yo los veo como un producto de la envidia y el resentimiento, de complejos y un sinnúmero de contradicciones emocionales internas, mezclados con un buenísmo pueril, que es puro barniz, pura piel de cordero que oculta los afilados dientes de lobo del depredador (de lo ajeno). Claro que esa contradicción interna del pederasta, violador y ladrón no se me había ocurrido, y tiene mucho sentido.

No sé, pienso en Jesusita Vázquez, que está todo el día dando el coñazo con salvar a los niños pobres del mundo, y me acuerdo de Arnie.

Pienso en Michael Jackson y su amor a los niños y....AY