jueves, febrero 22, 2007

Una mentira cómoda



Tengo un amigo con el que filosófo sobre las cosas de aquí y de más allá en paseos por el campestre entorno del lugar donde vivimos. Rodeados de árboles, cubiertos por el manto azul del cielo, con nuestros niños pequeños plenos de vida correteando alrededor y las urracas, los mirlos, las ardillas, los gatos, los zapateros (no, no son clones de nuestro presidente por accidente) y otros especimenes recordándonos que otras "cosas" aparte de nosotros tienen movimiento y puede que hasta voluntad propios.


Siempre me han gustado estos ambientes que combinan lo mejor de la civilización con lo mejor de la naturaleza, con casas, comercios, espacios abiertos y respirables y plantas y animales. Hemos creado un mundo a nuestra medida, como ya hicieron las bacterias miles de millones de años atrás al oxigenar la atmósfera (lo que, por cierto, permitió la evolución que llevó a, entre otras especies, la nuestra). Y ahora esa atmósfera, nos dicen, está contaminada por nuestras excrecencias civilizatorias, gases, como los que las bacterias expulsaron (matando con ello a muchas coetáneas anaeróbicas). Mi amigo se erige en portavoz informal de esta queja, de este reproche, que dirige el hombre al hombre: ¿Quo Vadis?...¿qué es lo que estás haciendo con tu mundo?. Y la única respuesta posible es: vivo y habito el planeta, como tú. Aunque esta respuesta resulta poco satisfactoria si no se comprenden todas las implicaciones de estos vivir y habitar, que son la misma cosa, porque como decía Pascal, la mayoría de los problemas de este mundo no acaecerían si la gente fuera capaz de quedarse quieta en una habitación (si habitásemos sin más). La pregunta que le surge al rebelde (con o sin causa) es la siguiente: ¿y no podrías habitarlo sin destruirlo?. Pero los sistemas complejos no están preparados para responder preguntas tan sencillas, ni de palabra ni de obra ni de omisión, pues son interaccionantes impenitentes, son habitantes vivientes, que salen y entran de la habitación.


Nosotros somos uno de esos sistemas complejos integrado dentro de otros aún más complejos (pues nos contienen a nosotros y a nuestras mutuas interacciones y a las mutuas interacciones de los sistemas complejos inferiores de la escala). La clave de la pregunta, de su cándida sencillez, es que esconde demasiados presupuestos no verificados ni verificables. Es la clase de pregunta que los "Héroes del silencio" decían llevaba "semilla de respuesta". Estamos condenados por la inercia del azar y la necesidad a continuar nuestro camino hacia un fin imprevisto, pues, como decía Machado: "caminante no hay camino, se hace camino al andar" y yo añado que el único camino posible es el andado, y el pensado. Los pensamientos andados, de Nietzsche. Pero ello no implica que andemos pensando cada paso que damos, que debe ser inconsciente.

Dado que los sistemas complejos están en continuo cambio, derivado de su carácter combinatorio, la transformación es parte de su "esencia", si es que se puede decir con esta palabra tan metafísica. Mientras unas cosas se crean otras se destruyen, pero al final todo se transforma y se pasa de un equilibrio inicial, llamémosle E0, a otro final, E1. Lo que no queda claro es dónde se rompe el equilibrio, dónde se pasa de un sistema complejo a un simple, que sea solamente calor o frío, vacío, rocas y gases. De hecho el mismo equilibrio, que reduzco a una E, es algo irreductible a una E, pero ese es otro asunto.

¿Desde cuando estamos transformando el planeta?: desde que lo habitamos. Habitarlo es transformarlo porque somos sistemas complejos, es decir, en transformación perpetua, es decir, en interacción con su entorno, es decir, transformando el entorno. Y esta transformación de lo de fuera (y decir "fuera" no es una convención sino que surge del imperativo biológico del yo consciente) no puede hacerse de dos o más formas, aunque esto puede no parecer evidente. Satisfacemos necesidades, siempre lo hacemos. También lo hacemos cuando preservamos el medio ambiente, o, mejor dicho, cuando podemos permitirnos preservarlo, que es cuando estamos bien alimentados por este gracias a una Red de complejidad llamada sociedad, economía, o como se quiera, que no es otra cosa que una inmensamente compleja adaptación a un medio inmensamente complejo que funciona. La conciencia ecológica es un presupuesto no en cualquier ser humano decente, si no en cualquier ser humano. De hecho está comprobado que el ideal de todos nosotros es una verde pradera con un lago o un río de agua fresca, árboles a los lados con frutos jugosos, y herbívoros inofensivos pastando. Si alguien quiere saber porqué es así que lea cosas de psicología evolucionista. Pero este presupuesto es un presupuesto de segundo orden respecto a esos otros presupuestos que dicen: sobrevive, disfruta, elude las penalidades.

Cuando decimos "Debemos cambiar" decimos demasiadas cosas y ninguna a un tiempo. Esta clase de cambios de gran escala, de tipo general, solo se pueden abordar, solo se pueden intentar, desde la política, que son los "asuntos generales". De su humilde nacimiento en la reducida polis griega, el político, el hombre de Estado, el jinete del Leviatán, ha pasado en su demagogia de querer dominar el mediterráneo o a alguna polis vecina a querer domeñar y a un tiempo proteger al mundo entero. Pero la gente olvida lo que ES, o cómo funciona (que es lo mismo), la política, entendida esta como institución. Son actores que interfieren en los procesos espontáneos, supuestamente para mejorarlos o hacerlos menos malos. Pero a la vista de los resultados (el siglo XX está lleno de ellos, con sus experimentos decisivos) queda claro que la política crea más problemas de los que soluciona, y que cuanto menos se use de ella mejor irán las cosas. Pero ahí están los políticos haciendo política, cuanto más a gran escala mejor. Hubo uno que perdió las presidenciales de EEUU, ya se pueden imaginar: no tuvo acceso a la mayor maquinaria de poder de la historia tras el Imperio Romano. Eso debe ser frustrante, sobre todo después de haber sido Vicepresidente y haber visto tan de cerca, y practicado en menor escala, el gran poder. Al Gore quiere pasar a la Historia (así con mayúsculas) como el gran defensor de una causa que, parece ser, no es suficientemente defendida. Se empeña en llevar a nuestros hogares, donde habitamos, a nuestras conciencias, con las que pensamos, su "VERDAD INCÓMODA". Para ello cuenta con la inestimable ayuda del bombo y platillo siempre ruidosos –haya o no nueces detrás- de los medios de comunicación de masas. Nunca estuvo mejor usada la palabra "masa". Los medios de comunicación logran por lo general lo que los políticos en su ámbito, justo lo contrario de lo que pretendían, y se dedican a desinformar a diestro y siniestro. No es necesario ningún efecto mariposa, es decir, no hace falta que una mariposa bata sus alas en China para que se produzca un Katrina en EEUU. El efecto mariposa de la desinformación informativa se encarga de convertir cualquier suceso climático acaecido en cualquier punto del globo en un desastroso cambio climático en nuestros hogares, en nuestras conciencias. Todos los últimos inviernos nos cuentan las olas de frío o su ausencia con preocupación. Muestran imágenes de deshielos, de inundaciones, de incendios.

Emil Cioran, que era un tipo muy negativo, iba un día por la calle con un amigo quejándose de cómo el hombre proyectaba cosas con las mejores intenciones e ilusiones y se encontraba al tiempo con que estas se transformaban en un nuevo problema o una nueva carga. Su amigo le contradecía hasta que dieron con un tremendo embotellamiento de tráfico. "¿Lo ves?" –dijo Cioran- "Aquí lo tienes. El hombre creó el automóvil para desplazarse más cómoda y libremente, y mira en qué ha acabado".

Los políticos, en un sentido muy general –no se interprete esto que voy a decir al pie de la letra- son los que crean los atascos, para luego irse en un helicóptero desde sus helipuertos particulares sobrevolando el caos creado. Otro helicóptero, este de la prensa, graba las imágenes del atasco y un periodista las comenta: "este es el caos que hemos creado, necesitamos soluciones, debemos hacer algo". Luego el político baja de su aparato y suelta un discurso en el que promete cambios, castigos para unos malos sin identificar y recompensas para el común, para la masa.

Comentaba con mi amigo que no me gustaba Zapatero. Me pidió razones y, por decir algo, por poner un ejemplo entre tantos, le mencioné lo de la Alianza de Civilizaciones. "Pero...¿sabes?...." –me soltó- "eso introduce un elemento de poesía en la política". Me dieron ganas de decirle: "¿Poesía?...¿Me hablas de poesía".....Poesía eres tú". En un post anterior hablaba de que la política es el arte de lo imposible. Realmente ZP es un político en sentido estricto, lo ha sido desde sus primeros pasos en sociedad, por lo que desconoce el mundo real. Ni aunque leyera a Hayek lo comprendería, porque ninguna palabra puede sustituir a la experiencia, y menos ser entendida sin esa experiencia. Sí, el tío es un poeta, admitámoslo, malo, malísimo, pero es un poeta. Un poeta de pensamientos de diván, de pensamientos de habitación cerrada al mundo, pues ha vivido en la burbuja de la política aislado del mundo, en la palabrería huera alejado de la acción. Pero es más, el tío es un poema, y va a dejar su nación hecha un poema. Y Al Gore hará lo mismo con el mundo si le damos demasiado bombo....y platillo, si somos masa que recibe desinformación acríticamente. Es preciso un sentido crítico pronunciado para destapar estas imposturas, para revelar el impostor que se esconde bajo la capa del héroe, al lobo que está bajo la piel del cordero, a la mentira que se disfraza de verdad.

Es una mentira cómoda la que absorbemos sin reflexión, sin experiencia. Es mentira si es una "verdad" no demostrada ni verificable ni falsable. Y casi por defecto es mentira si lo cuenta un político. Una masa informe desinformada obedecerá los dictados de unos cuantos demagogos asesorados por unos interesados tecnócratas. ¿Voces discrepantes?: unos temen perder la subvención o el puesto, otros suspenden el juicio pirrónicamente porque realmente NO SABEN (otros ni siquiera quieren saber), otros no tienen micrófonos en los que hablar. La ciencia está politizada. Tan politizada que es un POLÍTICO quien habla de la verdad incómoda, de la mentira cómoda. Muchos oídos están dispuestos a escuchar estas cosas. El interés que despiertan aún hoy las profecías de Nostradamus así lo demuestra. El Juicio Final, especialmente si es mañana, nos interesa bastante. Queremos vivir, a ser posible nuestra vida. Lo que nos venden de las futuras generaciones a las que hemos de salvar, que compramos con deleite, es solo un cuento de viejas. ¡Queremos el fin del mundo y lo queremos ya! porque es más divertido que ir de compras al supermercado. Y además es un fin del mundo completamente laico, sin Dios. Porque ni tenemos valores ni tenemos entendimiento para buscar espectáculos más edificantes.

Le dije a mi amigo que tenía interés por ver el Documental de Gore, para escuchar los argumentos que esgrimía. Lo cierto es que lo perdí por completo al leer la verdaderamente documentada reflexión que sobre él se hizo (y nos hizo) Berti en su Tribunal.

Yo pido a todo el que por aquí pase que crea que hay un calentamiento global, que este es grave, que nos va a llevar a una situación mundial peor, que es antropogénico, que deben tomarse medidas políticas urgentes al respecto, etc etc, que lea este artículo. Al menos tendrá un punto de vista alternativo a la llamada por Lomborg letanía.

No seamos como Jesús Vázquez, que ayer en su programa "Allá tú" llamaba a la gente a ver el Documental sin falta, y decía que Gore había perdido las presidenciales por trapicheos de Bush. Es muy cómodo autoengañarse, y más aún dejarse engañar. Para saber la verdad, sea esta la que sea, hay que tomarse la molestia de buscarla, de indagar, de trabajar, de experimentar. Conozco a muy pocos que no sufran angustia con este asunto. Ello prueba que dicha "verdad" es admitida por casi todos, y es incómoda, pero no en el sentido que se sugiere aunque sí para regocijo de quien la cuenta. Y las cosas siguen sin cambiar, o, para ser más exactos, cambiando.....

Aunque me temo que en este asunto del calentamiento global nadie sabe nada de nada. Recordemos que la ciencia debe ser escepticismo, al menos en su a priori, y la política siempre SABE de todo, pues todo quiere abarcar, siendo a posteriori sus efectos, para ser generosos, poco satisfactorios.

¡Acomódense en sus butacas!. En sus pantallas.....el fin del mundo. Ni Orson Welles lo haría tan bien.

Aconsejo la lectura del artículo enlazado en los comentarios por Ijon Tichy.

14 comentarios:

Ijon Tichy dijo...

El prestigioso economista y ameno divulgador (aunque independentista catalán y forofo del Barça, nadie es perfecto) Xavier Sala está dedicando una serie de artículos al último fenómeno del cine gore, Gore (el doblete es intencionado).

http://www.columbia.edu/~xs23/catala/articles/esp/articlesesp.htm

Aparte de los argumentos científicos, llaman la atención las pullas finales dedicadas al personaje.

Germánico dijo...

Lo voy a leer, me gustan sus artículos. Además, si se llevase a la práctica la independencia tal y como él la entiende el asunto no sería tan problemático.

Germánico dijo...

Añadir que al trabajar en la Universidad de Columbia conoce muy bien la política y la economía americanas.

Ijon Tichy dijo...

Sí que las conoce bien. A menudo lo demuestra en sus artículos desmontando las falacias de los antiUSA seguidores de consignas de manual.

Además, aparte de con rigor, lo hace con gracia, lo que siempre está bien.

Carlos Paredes Leví dijo...

La verdad es que tu texto toca muchas cuestiones y no sabría por dónde empezar ni cuándo conluir mis comentarios al respecto, algo muy sugerente, por otra parte, dado que coincidimos prácticamente en todo. Hoy, te escribiré algo y mañana añadiré otro algo.
Creo que el hombre comienzo a transformar y destruir el planeta desde el momento mismo en que se convirtió en especie dominadora del mismo.
La gente, por lo general, prefiere no reparar en las catástrofes (ojos que no ven, corazón que no siente) y seguir anclada en su abulia y falta de compromiso, algo para mí muy indignante en cuestiones relacionadas con la naturaleza. Me aterra saber que hay mucha gente que no recicla, que abre los grifos con inconsciencia, tira latas cuando sale al campo, maltrata animales, que contamina los ríos, etc. Si bien la industria tiene sus obligaciones, mucho mayores en aspectos cuantitativos, y acaso también cualitativos, cada uno de nosotros tenemos también una obligación, que debe ser más exigente cuanto más nos conciencemos de los problemas.
Sobre las masas, todos sabemos que son fácilmente manipulables porque hay y siempre ha habido, una gran carencia de criterio. Esto, hace que se acepten mentiras como verdades por la mera razón de haberlas escuchado muchas veces.
continuaré

Carlos Paredes Leví dijo...

siempre es mucho más sencilla buscar un chivo expiatorio, y explicatodo, que hacer autocrítica.

Lebeche dijo...

Hermánico: Este articulo es de lo mejorcito que te he leido. Tiene varios pasajes de quitarse el sombrero.

Una de las raices del problema es, efectivamente, la falta de comunicadores válidos (empezando por Jesusito de mi vida, eres niño como yo). Los que hay están adscritos a dos cosas: A una bandera y al dogmatismo severo. El asunto no deja de ser un buen negocio. La tan cacareada objetividad no es más que un término de salón de té y meñique estirado. Irreprochable.

Pero no nos engañemos... resulta más fácil si te lo dan todo mascado. Es mejor que te informen acerca de lo que tienes que pensar... es democrático, además, puedes elegir entre mascamiento según el PP o según el SOE. Hasta aquí llega nuestro margen de maniobra. Taaaa bien, no me lo negarás, podría ser peor, imaginate todo mascado según Él, llámese Alá, Jesucristo, Buda, Castro, Franco, Stalin, Hitler o Pinochet.

En fin... dejarse llevar, al fin y al cabo. Es más fácil.

Un abrazo, me ha encantado.

Germánico dijo...

Ijon,

El artículo de Xavier está muy bien, porque aporta datos concretos y contrastables y es ameno. Lo voy a enlazar en el post.

Carlos, es cierto que hay gente que prefiere no reparar en las catástrofes, pero a mi me preocupan más –y así lo doy a entender en el post- los catastrofistas (profesionales e inducidos). No se pueden cerrar los ojos a las realidades ni para solazarse en un olvido y una ignorancia suicidas ni para vivir permanentemente angustiado por peligros inexistentes (o cuya existencia no ha sido probada aún).

Precisamente esta mañana leía en El País una noticia sobre un asteroide que podría colisionar contra la tierra en el 2036 (ya hubo hace un par de años otra sobre otro asteroide que podría colisionar el 2019). El caso es que cuando sobrepasas el titular y entras en la información, descubres que la probabilidad de colisión es de 1 entre 50.000. Creo que es más probable que de acá a entonces nos caiga una cornisa en la cabeza paseando por la calle.

Este es el enlace a la noticia:

http://www.elpais.com/articulo/sociedad/acercamiento/Tierra/2029/asteroide/activa/defensa/espacial/elpepusoc/20070223elpepisoc_11/Tes

Si se hubiera tratado de una noticia política es posible que no se hubiese mencionado lo de la irrisoriamente pequeña probabilidad. Y esto es exactamente lo de Gore, política en el más puro y demagógico estilo.

La falta de conciencia ecológica individual a la que te refieres es muy censurable, en efecto. Pero en un marco de libertad, que es el deseable, en mi parecer, el compromiso, la conciencia ecológica, no son colectivos (en última instancia coactivos), sino enteramente individuales. Lo que sucede es que si hay libertad suele haber prosperidad, y si hay prosperidad nos preocupamos más por el medio ambiente, aparte de optimizar tanto mejor los recursos, es decir, despilfarrar menos en los procesos productivos. Gana la conciencia y gana la economía.

Lebeche, tus alabanzas siempre son bien recibidas, por venir de mis genes, y lo son con prudencia, también por venir de mis genes.....

A mi la verdad en paquetes no me va, aunque mi punto de vista esté sustancialmente mejor reflejado y por tanto representado por el partido de la oposición. Y desde luego los Padres, sean estos de la Patria, Celestiales o del Pueblo se los dejo a los pueriles, por eso de que los niños necesitan a sus papás. De todas formas yo no pondría en plano de igualdad al Iluminado (Buda) con esos “iluminados” de otra índole que llevan las sociedades al caos y la miseria. Tampoco Jesús, como personaje histórico (no entraré en su filiación con Dios), merece la comparación.

Jesús (el Vázquez) no es un comunicador formal, pero sus tonterías llegan informalmente a mucha gente desde su púlpito en los programas de entretenimiento. Llegan mejor porque es un buen comunicador (entendiendo aquí la comunicación desde la perspectiva psicológica, no desde su rigor, pues es agradable y resulta simpático).

Lo de dejarse llevar lo veo bien si a lo que te refieres es a un dejarse llevar activo, como el del remero que aprovecha las corrientes del río, pero no por ello deja de remar y de guiar su embarcación a donde cree debe llevarla.

Saludos a todos.

Carlos Paredes Leví dijo...

Hay muchos intereses que promueven el alarmismo como modo de atacar a determinados líderes en el poder. Se ha formado una alianza de facto entre progres de todo el mundo, que enarbolan banderas en las que no creen con intenciones poco éticas. Tantas maniobras de burdo engaño, parecen calar en la gente, de tal manera que sentimientos como el "antiamericanismo", entre otros, se han extendido conformando una enfermedad social, una especie de Socialismo para imbéciles.
Cantaban "Golpes Bajos" eso de malos tiempos para la lírica, por desgracia, también se han extendido a la inteligencia y la verdad. "Qué Dios nos pille confesados" que diría un ateo.

Carlos Paredes Leví dijo...

Jesús Vázquez nada menos !!!. Uno de los referentes intelectuales de Occidente.

Germánico dijo...

Pues sí, Carlos, existe lo que muy ajustadamente definió el difunto Jean François Revel como la obsesión antiamericana, y, debo añadir, antijudaica. Supongo que esta última la apreciarás de una manera especial.

Jesusito Vázquez, el pobre, el progre, no da más de sí.

Carlos Paredes Leví dijo...

La verdad es que no la aprecio, sino que la deploro.
El otro día, haciendo zapping, permanecí unos instantes mirando el programita de Jesús Vázquez.Me quedé horrorizado ante tanto gilipollas congregado en un mismo plató. Luego sonreí, al ocurrírseme que, tantos tarados, sólo pueden ser de Agencias.
Por cierto, ¡Qué buena está la tía que presenta "Estravagario"!.
Un saludo.

Lebeche dijo...

Hombre, hermánico... ya sabes que el gobierno americano está gobernado desde la oscuridad masónica por un lobby judio poderosísimo y plagado de las más aviesas intenciones. Je je je. Es increible que la cospiración judeo masónica haya pasado de argumento franquista a Verdad Evidente dentro del argumentario del buen progresista. Je je je.

Abrazos

Carlos Paredes Leví dijo...

Soy Carlos, acabo de ver tu comentario, estimado Lebeche y me has hecho recordar que esta noche he quedado con otros de los míos para planificar alguna conjura.
Te dejo que se me hace tarde. Ya te enterarás de nuestro éxito por los periódicos.