martes, mayo 06, 2008

Alegría contenida

Paco Ochoa falleció en el acto. Apenas salía de su coche un infarto repentino le nubló la consciencia y jamás despertó. Todos, según se iban enterando, sentían un gran alborozo. El entusiasmo corría de persona en persona, se transmitía con rapidez, como el impulso de la primera ficha de dominó en una larga fila de idénticas fichas de dominó. Todos sus compañeros y subordinados en el trabajo estaban exultantes con la gran noticia. Nunca más tendrían que soportarle. Su mujer, que no se había divorciado de él por inseguridades, rutina y los tres hijos que tenían, podría por fin disfrutar de la herencia tranquila. Sus hijos ya no tendrían que soportar esa absurda tiranía llena de manías y aires de grandeza con la que su padre les martirizaba a todas horas. Sus “amigos”, todos ellos de conveniencia, sentían la pérdida de lo que les convenía, sin pensar en la persona ni por un instante. Pero no, señores, no es esa la historia que se contó, ni es lo que se expresó. En su entierro no cabía un alfiler. Mucha gente le lloraba. En la oficina todos se mostraban apesadumbrados y repetían fórmulas ceremoniales tópicas. Una nube oscura de fingido malestar y consternación tapaba un sol radiante. Había desaparecido para siempre jamás el hijo de puta, pero, por lo que le lloraban y lamentaban su pérdida, parecía que se había ido un santo a las alturas.

9 comentarios:

Ijon Tichy dijo...

Ya sé (bueno, supongo) que es una ficción, pero yo conozco un caso así en el que, a medida que avanzaba el velatorio, en algunos círculos la "alegría contenida" empezó a desbordarse y aflorar.

Curiosa sensación de bochorno por lo incorrecto de la situación y a la vez de satisfacción por la derrota de la hipocresía.

La Mamba dijo...

Seguro que es el del vídeo del anterior post cuando la alegría se desbordó del todo.

Germánico dijo...

Esos momentos de risa "a presión" son muy divertidos. Sucede mucho en misas, en clases y en entierros. Uno se pone nervioso porque comprende que no está en el ámbito adecuado para desplegar la carcajada, y esos nervios, sumados a lo cómico de la risa en medio de la solemnidad cariacontecida provocan una risa mayor, incontenible, que lo desborda todo a pesar de los frágiles diques que puso nuestra razón, obediente al dictado del acto social.

Tienes que contarnos esos casos reales que conoces. No nos reiremos tanto como si estuviéramos allí pero seguro que pasamos un buen rato, Ijon.

Mamba, el vídeo anterior lo puse con toda intención....

La Mamba dijo...

Me lo imaginaba......... tu no dejas nada al azar jejeje.

La verdad es que a veces en los peores momentos te viene la risa. Sobre todo cuando estas muy nervioso.
La última vez que me pasó a mí fue en el quirófano. Me estaban operando con epidural porque tenía una crisis asmática y no me pudieron poner la general y era de un problema que tuve en una trompa. Para acceder a la trompa, tienen que "apartar" los intestinos. Pues estaban en esas cuando me da por mirar al techo y vi con horror que se reflejaba toda esta operación y que eran "mis tripas" esas que estaban colgando. Que hice........ponerme a reír como una loca. El médico se asomó para verme la cara con expresión de horror y yo de verdad que no podía dejar de reír y temblar.... toda una experiencia chicos. Macabra, como te gustan a ti Germánico.
Lo mejor fué cuando subí a la habitación y me pincharon morfina, eso sí es una experiencia.

Carlos Paredes Leví dijo...

En nuestra cultura occidental hay una hipócrita necrofilia bien asentada en el inconsciente colectivo. Basta que te mueras para la santidad te envuelva....
Un saludo, Maestro.

Anónimo dijo...

Por eso para un hombre es mucho mejor no tener plata.Por lo menos si los otros rien ,la mujer va a estar llorando a gritos por los gastos del entierro

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo con Carlos, en esta sociedad para convertirte en una excelente persona basta con morirte, a partir de entonces ya no se puede decir ni una palabra negativa del muerto. En fin, es sólo una parte más de la mentira de la vida (que trágica me ha quedado esa frase, y eso que estoy de muy buen humor jajaja)

Mamba: ¡pero tía!!!!, vaya racha de cosas macabras lleváis, pero al menos las de Germánico son ficción. Y lo de la morfina ya nos lo cuentas mejor eh!!!!jajaja.

Un beso de buenos días a tod@s.

Germánico dijo...

Mamba, eso que cuentas es de autoparodia de humor negro. A veces los anestésicos producen efectos extraños, pero era epidural, no sé.

Es cierto Carlos, un joputa es un joputa antes y después de muerto, las cosas claras y menos convencionalismos huecos. Yo, en un caso así -no se ha dado a mi alrededor, las malas hierbas que conozco "nunca mueren"- lo que haría es no manifestar ningún pesar, aunque procuraría, por respeto a quien lo sintiese -no a quien lo fingiese- mantener la compostura y no estallar en una sonora carcajada o en un grito de júbilo.

Hola Ana, en efecto la clave está, las más de las veces, en la Plata.

Eso eso Mavi, que nos cuente Mamba lo de la morfina!!!.

La Mamba dijo...

La verdad Germánico es que también me dieron no se que calmante que me hizo estar en ese limbo de risas y flores.

Lo de la morfina........otro día.