Sufro. Sufro indeciblemente.
Me han dicho algunos amigos que me aplique, que haga proyectos, que me entregue a una acción frenética, que me ilusione por las cosas. Pero no puedo parar de pensar en las posibles consecuencias funestas de cada paso que doy, de cada cosa que emprendo. Sufro anticipando un futuro incierto, cierto. No debiera sufrir. Pero intuyo siempre lo malo, incluso lo malo en lo bueno. Esta perspectiva sesgada me trae de cabeza. Mi pensamiento, que es sentimiento, vuelve siempre a las ideas asfixiantes del fracaso insuperable, de la caída irreparable de un ángel sin Dios.
He oteado el horizonte, y no hay una línea, hay un profundo abismo en el que se pierde el mar. Si boto el barco y comienzo una singladura sé que llegaré a ese lugar en el que las aguas caen por la catarata de infinita profundidad del fin del mundo.
De nada sirve que me digan que la tierra no es plana.
Nadie puede ayudarme porque su ayuda es futuro, porque todo es futuro, porque la flecha del tiempo irá ineluctablemente a dar en el centro del Caos. Mis energías se dispersan, se pierden en el calor de mi desesperación.
Todo futuro consumado es muerte, y todo futuro en suspenso es cruel incertidumbre. Solamente merced a una ilusión, en el correcto sentido del término, pueden los hombres avanzar hacia delante.
¡Marchad, soldados del tiempo, marchad!
¡La guerra es vuestro sino!
¡Matad! ¡Morid!
Me han dicho algunos amigos que me aplique, que haga proyectos, que me entregue a una acción frenética, que me ilusione por las cosas. Pero no puedo parar de pensar en las posibles consecuencias funestas de cada paso que doy, de cada cosa que emprendo. Sufro anticipando un futuro incierto, cierto. No debiera sufrir. Pero intuyo siempre lo malo, incluso lo malo en lo bueno. Esta perspectiva sesgada me trae de cabeza. Mi pensamiento, que es sentimiento, vuelve siempre a las ideas asfixiantes del fracaso insuperable, de la caída irreparable de un ángel sin Dios.
He oteado el horizonte, y no hay una línea, hay un profundo abismo en el que se pierde el mar. Si boto el barco y comienzo una singladura sé que llegaré a ese lugar en el que las aguas caen por la catarata de infinita profundidad del fin del mundo.
De nada sirve que me digan que la tierra no es plana.
Nadie puede ayudarme porque su ayuda es futuro, porque todo es futuro, porque la flecha del tiempo irá ineluctablemente a dar en el centro del Caos. Mis energías se dispersan, se pierden en el calor de mi desesperación.
Todo futuro consumado es muerte, y todo futuro en suspenso es cruel incertidumbre. Solamente merced a una ilusión, en el correcto sentido del término, pueden los hombres avanzar hacia delante.
¡Marchad, soldados del tiempo, marchad!
¡La guerra es vuestro sino!
¡Matad! ¡Morid!
¡Soñar es vivir!
No es que la vida sea sueño, es que el sueño es vida.
3 comentarios:
¡Atención! ¡Atención!
Cualquier parecido con MI realidad es pura coincidencia.
Vaya nihilismo , lo bordaste :) Ni Goethe , ni sus romanticos , esos bohemios fumados y encantadores lo dirian mejor .....osea que Carpe diem
Es que ellos no disfrutaron de la desesperación tanto como yo...
Aunque la verdadera desesperación seguramente sea muda.
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