jueves, agosto 31, 2006

El nudo del mundo

El 4 de Agosto escribí un post partiendo de la famosa frase de Protágoras "el hombre es la medida de todas las cosas".
Soyonosoy preparaba un comentario que por su extensión decidió colgar en su blog (segunda entrada). Yo tenía pensado responderle allí, pero me ha sucedido lo mismo que a él y he decidido responder por aquí.

Sobre la frase de Protágoras:

Las realidades visibles e invisibles que mencionas son entidades y relaciones, que es lo que yo considero "cosas" al leer la frase de Protágoras. Sobre esto puedes ver lo que dice Francisco Capella (inteligencia y libertad, referenciada en mi página) en el apartado sobre teoría de sistemas. Uno no puede ser medida de cosa alguna que no sea tal, bien una entidad bien una relación.

Las fantasías y desvaríos de la mente, susceptibles de generar comportamientos, forman también parte de la realidad íntima de la experiencia subjetiva de los sujetos que las padecen. Cuando en sujeto en cuestión es otro en nuestra realidad solamente existe el comportamiento derivado y las causas subyacentes que especulamos o en algunos casos incluso conocemos, o creemos conocer. Cuando tal sujeto es uno mismo ocurre lo que decía, que la "realidad" vivida en la intimidad del teatro de nuestra mente está enrevesadamente imbricada con las imaginaciones. En mayor o menor grado todos padecemos autoengaños, alucinaciones, delirios. En algunos casos incluso podemos discernir su carácter de tales durante su acontecer o poco después de que sucedan. Si es así solo formarían parte de la realidad con la etiqueta que les correspondería en justicia. Las distintas manifestaciones alucinatorias de la esquizofrenia podrían distinguirse por ejemplo de una experiencia con LSD.

En cuanto a lo que mencionas del odio, peligro o armonía bien pudieran explicarse en términos distintos a como usualmente pueden o suelen explicarse. Quien odia no es más que un animal asustado, y fisiológicamente esto implica ciertos procesos neuroendocrinos. El peligro yo diría, como tú, que como tal no existe: es una interpretación en términos de supervivencia de una probabilidad. La armonía diría también contigo que tampoco, y yo diría que es un orden que nos gratifica (en general el orden en si mismo nos resulta agradable porque implica un ambiente predecible y tranquilo, y una lucha contra la flecha del tiempo de los físicos, que conduce a la disolución del caos). Parece como si el ser humano, con el lenguaje, hubiera expresado realidades por caminos torcidos. Esto por lo general es comprensible debido a la ignorancia que nos caracteriza. El lenguaje no es una herramienta precisa, si por precisa se entiende que define con perfección las realidades. Lo es en cuanto sirve para comunicarnos y entendernos lo suficiente para lograr un alto grado de colaboración social. En cuanto al lenguaje poético, ese que tan hábilmente manejas en tu relato, es deliberadamente simbólico, y al serlo refleja relaciones sutiles, que escapan al observador poco atento, y a veces también autoengaños, alucinaciones o delirios del poeta.

Muchos de los "hechos intangibles" del lenguaje son imprecisiones del mismo, o mantos coloridos que se ponen sobre la ignorancia, por tanto. Aludimos a ciertas realidades (relaciones) expresando otras. Decímos que sale el sol cuando es obvio que la tierra gira.

En cuanto a la locura una última cosa: no es el "loco" quien ha de determinarla. Es una de esas cosas que forman parte de la realidad "objetiva" de otros, por ejemplo el médico que le atiende. Las patologías mentales se observan primero de todo en el comportamiento perturbado, notablemente perturbado, que conduce al sufrimiento del que lo padece y/o de quienes le rodean. Para el enfermo todo puede ser muy real. Después, gracias a los modernos métodos de diagnóstico pueden observarse otras cosas, tales como el nivel de litio en sangre o la forma de mariposa que tienen los ventrículos cerebrales, indicadores todos ellos "objetivos".

La frase completa de Protágoras la desconocía, o la había olvidado.Lo cierto es que me quedé con la brevedad, expresividad y contundencia lacónicas de la primera parte, que se basta y se sobra por si sola para causar una profunda impresión y es, por decirlo de una forma apropiada al tema tratado, un universo en si misma.

Sobre Schopenhauer:

Este autor hablaba de voluntad y representación. Por tanto introducía al actor con la voluntad. Pero la dicotomía entre dichos términos, la partición de la realidad en voluntad y representación, se debía al enigma que el propio Schopenhauer denominó "el nudo del mundo", esto es, el hecho de que nuestras vivencias subjetivas no podamos explicarlas a partir de sus sustratos neurológicos (*). El mundo como mera representación lo encuentro inconcebible, es inconcebible. Desde el momento en que nosotros creamos esa representación a través de la interacción de esa realidad externa con nuestros sentidos y nuestros mapas mentales nos vemos totalmente implicados en él, somos él. Todo lo que sucede en ese mundo que percibimos o imaginamos nos afecta de una u otra forma. La perspectiva podría considerarse "egocéntrica" en la medida en que hace referencia permamente al propio yo, que se construye por y para esa perspectiva. Sin embargo yo digo, y creo, que la perspectiva humana es inevitablemente alocéntrica porque es una construcción de entidades y relaciones referenciadas al propio yo solamente después de su mutua referencia. Como bien señalan Edelman y Tononi en "El Universo de la Conciencia" el qualia (percepción subjetiva consciente) del color rojo, por ejemplo, no existe por sí solo, sino como parte de una imagen total. Dicho de otra manera, es imposible imaginar una percepción de rojo puro. El mundo, la realidad, son entidades y relaciones que nos afectan, que vivimos, que somos. El ego, el yo, no puede disociarse del mundo, y el fantasma en la máquina, la dicotomía yo/mundo se antoja insuficiente.

El hombre (por el ser humano, hembra o varón) es la medida de todas las cosas. Disculpemos a Protágoras que en su tiempo los gineceos y harenes eran la norma.

Un saludo Soyonosoy.
------------------------------------------------------
(*) Añadido 06/09/06. En el tiempo de Schopenhauer no se podía hablar de "sustratos neurológicos". Me he tomado una licencia. Schopenhauer decía que el nudo del mundo consistía en la imposibilidad de llegar a (y explicar los) estados subjetivos a través de la observación objetiva.

viernes, agosto 04, 2006

Este y yo nos vamos de vacaciones

Damasio y la conciencia emocional

El hombre es la medida de todas las cosas

Protágoras atribuye al hombre un protagonismo no egocéntrico sino alocéntrico. Descubro el concepto de alocentrismo en el libro biopsicología de John P.Pinel. Él habla de un estudio hecho por Nadel y O'Keefe sobre la memoria espacial de las ratas, pero la idea es extensible a la perspectiva desde la que perciben la realidad objetiva o externa en su conjunto los sujetos. Dice Pinel:

Nadel y O'Keefe propusieron que el hipocampo construye y almacena mapas alocéntricos del mundo externo a partir de los estímulos sensoriales que recibe. Alocéntrico se refiere a representaciones del espacio que se basan en las relaciones entre objetos externos e hitos; por el contrario, egocéntrico se refiere a representaciones basadas en las relaciones con la posición propia.

El ser humano puede mirar al mundo como si de una representación se tratase, tal y como sugirió el filósofo alemán Arthur Schopenhauer en "El mundo como voluntad y representación". Empero, que las complejas e imbricadas "realidades" físicas y sociales sean una realidad, una pura representación, una imagen borrosa de otra realidad superior, tal como sugiriera Platón , o un puro matrix gobernado por dioses truculentos, según el Hollywood de nuestro tecnologizado tiempo, no afecta en absoluto a la coherencia interna del "sistema del mundo" (Newton dixit), que pese a su aspecto en ocasiones azaroso y caótico, tiene sus leyes del caos (Ilya Prigogine, Ian Stewart...etc). La cosa es que existen, en efecto, objetos externos e hitos, realidades y relaciones, o entidades y conexiones percibidos subjetivamente como tales.

Un hombre medida de todas las cosas se pasea por un mundo hecho de cosas. No puede uno ser medida de cosa alguna que no sea tal. El hombre mide lo que es, o lo que se le presenta como ser. El hombre mide alocéntricamente. Es el medidor alocéntrico. Dispone de mapas a priori, de mapas genéticos, de predisposiciones innatas. Pero está hecho para mirar afuera.

Miren si no una cara cualquiera: ojos, nariz, orejas....ventanas al mundo.

La posición propia es fundamental, pero siempre lo es en relación a hitos y objetos externos, dentro de un mapa tanto más amplio cuanto mayor es la consciencia.

miércoles, agosto 02, 2006

Frontera de Fuego

He quemado mis naves

Soy un hombre nuevo

siendo él mismo

siendo el mismo

..............................

Puro fuego de artificio

artificio de fuego

El mar engulle las llamas

Y queda el cuerpo desnudo

en la playa solitaria

sin otro horizonte

que la impenetrable maleza

de una selva profunda

..............................

La suerte está echada

en el juego de dados de un Dios

que ríe la tragedia

martes, agosto 01, 2006

Castroenteritis aguda


El simpático Fidel ejemplifica perfectamente la amabilidad y cordialidad del tirano. El ejemplo más paradigmático de tirano encantador, el arquetipo, lo tenemos entre los griegos, como no podía ser de otra manera: el ateniense Pisístrato. Sus hijos Hipias e Hiparco no pudieron preservar la tiranía. ¿Podrá Raúl preservarla?.

El peor de los tiranos es el que lleva la piel de cordero, Stalin fue peor que Hitler. El Matbeth que se proclama Hamlet mata desde una duda metódica que es metódico exterminio: si no mata más es porque las cuentas no le salen o porque le salen perfectamente.

Fíjense en el aspecto timorato y bonachón de nuestro Presi. Tanto rencor cabe en alma tan cándida. Pero el Estado de derecho no lo componen cuatro funcionarios. Los derechos son exigidos por el pueblo, que no se deja avasallar. Por eso su arbitrariedad no excede ciertos límites. Fronteras humanas se oponen al avance de la Democracia Avanzada, de la dictadura disfrazada de buenas palabras y ceremoniales vacíos. Pienso en el Imperio Romano. Desde su constitución era llamado República, y se mantuvieron los viejos cargos de cónsules, censores, etc etc como elemento decorativo al servicio de un poder absoluto, tantas veces disoluto.

¿Tendrá pronto Cuba una verdadera Revolución?. ¿Llegará a esa isla, que se quiso llamar Utopía, el viento fresco de la libertad?. ¿Habrá por fin allí una Revolución de la Libertad?.
...................................................
Añadido el 04/08/06:
Para apreciar el encanto del tirano en los encuentros cercanos podemos leer la carta escrita por Gabriel García Márquez sobre Fidel:
EL FIDEL CASTRO QUE YO CONOZCO

Por Gabriel García Márquez

Su devoción por la palabra. Su poder de seducción. Va a buscar los problemas donde estén. Los ímpetus de la inspiración son propios de su estilo. Los libros reflejan muy bien la amplitud de sus gustos. Dejó de fumar para tener la autoridad moral para combatir el tabaquismo. Le gusta preparar las recetas de cocina con una especie de fervor científico. Se mantiene en excelentes condiciones físicas con varias horas de gimnasia diaria y de natación frecuente. Paciencia invencible. Disciplina férrea. La fuerza de la imaginación lo arrastra a los imprevistos. Tan importante como aprender a trabajar es aprender a descansar.

Fatigado de conversar, descansa conversando. Escribe bien y le gusta hacerlo. El mayor estímulo de su vida es la emoción al riesgo. La tribuna de improvisador parece ser su medio ecológico perfecto. Empieza siempre con voz casi inaudible, con un rumbo incierto, pero aprovecha cualquier destello para ir ganando terreno, palmo a palmo, hasta que da una especie de gran zarpazo y se apodera de la audiencia. Es la inspiración: el estado de gracia irresistible y deslumbrante, que sólo niegan quienes no han tenido la gloria de vivirlo. Es el antidogmático por excelencia.

José Martí es su autor de cabecera y ha tenido el talento de incorporar su ideario al torrente sanguíneo de una revolución marxista. La esencia de su propio pensamiento podría estar en la certidumbre de que hacer trabajo de masas es fundamentalmente ocuparse de los individuos.

Esto podría explicar su confianza absoluta en el contacto directo. Tiene un idioma para cada ocasión y un modo distinto de persuasión según los distintos interlocutores. Sabe situarse en el nivel de cada uno y dispone de una información vasta y variada que le permite moverse con facilidad en cualquier medio. Una cosa se sabe con seguridad: esté donde esté, como esté y con quien esté, Fidel Castro está allí para ganar. Su actitud ante la derrota, aun en los actos mínimos de la vida cotidiana, parece obedecer a una lógica privada: ni siquiera la admite, y no tiene un minuto de sosiego mientras no logra invertir los términos y convertirla en victoria. Nadie puede ser más obsesivo que él cuando se ha propuesto llegar a fondo a cualquier cosa. No hay un proyecto colosal o milimétrico, en el que no se empeñe con una pasión encarnizada. Y en especial si tiene que enfrentarse a la adversidad. Nunca como entonces parece de mejor talante, de mejor humor. Alguien que cree conocerlo bien le dijo: Las cosas deben andar muy mal, porque usted está rozagante.

Las reiteraciones son uno de sus modos de trabajar. Ej.: El tema de la deuda externa de América Latina, había aparecido por primera vez en sus conversaciones desde hacía unos dos años, y había ido evolucionando, ramificándose, profundizándose. Lo primero que dijo, como una simple conclusión aritmética, era que la deuda era impagable. Después aparecieron los hallazgos escalonados: Las repercusiones de la deuda en la economía de los países, su impacto político y social, su influencia decisiva en las relaciones internacionales, su importancia providencial para una política unitaria de América Latina... hasta lograr una visión totalizadora, la que expuso en una reunión internacional convocada al efecto y que el tiempo se ha encargado de demostrar.